viernes, 31 de diciembre de 2010

Y para acabar...

Bueno...otro año que se va. Toca hacer balance, algo que normalmente me exaspera. Tal vez porque me doy cuenta de todos los proyectos inacabados, irrealizados o simplemente inexistentes. Hay temporadas que mi único proyecto es vivir, seguir adelante. Y con eso me basta.

Este año para variar me hice una lista de todo lo que quería alcanzar en los siguientes meses. Comencé el año con mucha ilusión, con ganas de vivir cada momento, con la esperanza puesta en una relación. Pero las cosas se torcieron pronto.

Me he caído y me he vuelto a levantar varias veces. Olé por mí!!! Pero la tozuda y perra vida se ha empeñado en mordisquearme el trasero dejándome para el final una crisis de ansiedad que me tiene vuelta del revés.

He descubierto que mi cuerpo va por libre. Que si quiero descansar se empeña en mantenerme despierta, que si quiero ver una película se empeña en que duerma, que si quiero cenar se niega en redondo a que pruebe alimentos...Lo único bueno de todo esto es la operación bikini tan adelantada que estoy haciendo. Eso si, es nefasto para mi vida social.

Anoche, velada estupenda en la casa de Farala. 10 blogueras compartiendo experiencias y yo asistiendo a lo que en algunos momentos parecía un partido de pin pong entre Lui, Nefer y Bea. Allí estaba yo, callada, escuchando cómo volaban los comentarios. Cosas de la medicación. De normal soy tímida, pero no tanto carajo!!



Eso si, me quedo con la mejor proposición que he recibido en muchos meses. Nada más y nada menos que de Elenita Faralaez!!


Espero que sea un augurio para lo que me depara el 2011.






viernes, 24 de diciembre de 2010

Momentazos navideños

Se acerca el día de Navidad. Ohhhh!! Para muchos sinónimo de alegría, diversión, familia...yo nunca la he vivido así. Puedo presumir de tener una familia...en términos diplomáticos... rara de cojones. Eso me ha hecho pasar momentos cuando menos surrealistas coincidiendo precisamente con estas fechas. Obviamente porque es cuando nos juntamos todos. El resto del año ya procuro evitarlo.

Supongo que quedaría bien un post amable, con un feliz navidad para toda la gente que lo lea y eso, pero no puedo evitarlo. Aquí va mi ranking de momentazos navideños!!

Casi...Sharon Stone

Año: 1989
Lugar de autos: casa de mis tios
Tradición que se celebra: Amigo invisible. Mi tío va sacando de una bolsa los regalos se sienta en un sillón y va diciendo nombres para que nos acerquemos a recoger el presente. Establecimos un precio de 5.000 pts por regalo.
En la silla de al lado, sentada en plan modosita (o no tanto?) yo con una minifalda. Desesperada porque acabe la noche. Estoy con la regla y me duele la cabeza.
Mientras, mi primo mayor va grabando en video toda la recogida de regalos. En el video, ampliamente difundido con posterioridad y muy comentado en reuniones familiares de diversa índole, se aprecia claramente dos cosas. La primera que lo de la minifalda no es para mí. La segunda...mis bragas.
Regalazo de ese año: Dos colonias de Don Algodón, Todavía no he logrado averiguar quién fue el familiar tan original que pasó de estrujarse la cabeza pero cumplió fielmente con el presupuesto.


Cena con Encarna e Isabel

Año 1991
Lugar de autos: Casa de los mismos tíos
Tradición que se celebra: Nochevieja. Mis padres se han enterado un mes antes de que soy homosexual. No os cuento lo mal que lo llevan. Cena con el especial de Martes y Trece puesto en la tele. Gags sobre la supuesta relación entre Encarna Sánchez e Isabel Pantoja. Comentarios jocosos, chanzas, chistes subidos de tono...el personal se lo pasa pipa diciendo chorradas, burradas y gilipolleces varias y diversas acerca de las lesbianas. Mis padres apenas hablan. Yo no sé si cortarme las venas o dejármelas largas.
Regalazo de ese año: Unos pendientes laaaaargos. “Andá ...no nos habíamos dado cuenta de que no tienes agujeros en las orejas”



Mejor con Don Simón

Año 1998
Lugar de autos: Casa de mis padres
Tradición que se celebra: Navidad. Típica comida con mi abuela y las tres hermanas de mi madre megasolteras e hipertacañas. Traen una botella de vino del Alcampo, de marca nisu. Mi padre va sacando las botellas de Viña Esmeralda que tenemos en casa y van cayendo a una velocidad que nos tiene pasmados. Los ánimos comienzan a exaltarse. Mientras mi abuela nos cuenta los problemas familiares de su portero, una de las hermanas de mi madre declara “alegremente” y a voz en grito que ella no es lesbiana pero que no necesita a los hombres. Las otras dos hermanas se le unen en coro. Asistimos boquiabiertos a su borrachera mientras desgranan la política española y descubrimos que son unas fachas de cuidados. Al día siguiente nos llaman y nos dicen que el vino que habíamos servido debía ser malo porque les ha dado dolor de cabeza...
Regalazo de ese año: Premio ex-aqueo para los zapatos de tacón y el paraguas con el estampado de florecitas.


Ni contigo ni sin ti

Año 2006
Lugar de autos: Mi casa
Tradición que se celebra: Nochevieja. Decido pasar del plan familiar y quedo con mi pareja de entonces para una cena íntima. A última hora se suma al plan su vecina de al lado. Pobrecita, se ha quedado sola para cenar en Nochevieja. Despido el año con mi ex dormida en el sofá y su vecina con una borrachera tremenda llorándome por el taxista canario, amor de su vida que dejó escapar.
Regalazo de ese año: Bolso de color negro, muy ponible, para cuando vaya a trabajar.


Que me degûellen como a la gallina

Año 2009
Lugar de autos: Casa de mis padres
Tradición que se celebra: Navidad. Uno de los hermanos de mi madre decide aprovechar la comida para soltar el discurso de que el feminismo está trasnochado, que las feministas somos una panda de lesbianas amargadas que sobramos en este mundo y que para qué peleamos si ya hemos conseguido los derechos que queríamos. Tras la comida comienza una discusión acerca de los derechos de reproducción de los artículos de mi abuelo y de qué parte de sus objetos corresponde a cada hermano. Salgo de casa cuando están a punto de deshermanarse.
Regalazo de ese año: Libro comprado en la Cuesta de Moyano? Cuentos de locura amor y muerte. Lo abro y leo el título de uno de los cuentos. La gallina degollada...........




domingo, 19 de diciembre de 2010

Sobre mi ceguera...

Ojalá todo fuera blanco o negro. Pero la vida está llena de grises, de tonos intermedios, de dudas e incertidumbres, de momentos de confusión...

Ya he comentado alguna vez acerca de mi tendencia al zoom. No sé si nombrarlo como defecto. Para algunas cosas es bueno. Mi introspección, la capacidad de fijarme en algunos detalles, percibir cosas que para el resto del mundo pasan desapercibidas o simplemente son invisibles... y ese zoom lo asocio al sentido del oído, que lo tengo especialmente desarrollado.

Por el contrario adolezco de gran angular, me falta visión global para ver situaciones en su conjunto. Y este defecto, porque si que lo considero un defecto, lo tengo asociado a mi sentido de la vista. A pesar de no llevar gafas (no hay que confundirlo) tengo poca visión. Mis ojos ven menos de lo que deberían. Ocurre así desde que era pequeña.

Así que cuando el otro día en el curso nos propusieron taparnos los ojos y explorar el mundo, yo accedí encantada. Estoy acostumbrada a no ver- Recuerdo que hace unos años, cuando además de mi poca visión tenía 11 dioptrías entre los dos ojos (ni con las gafas era capaz de enfocar bien) cerraba los párpados en casa de mis padres y probaba a hacer cosas completamente a ciegas. Ensayaba para un futuro que veía negro. Disculpad el chiste fácil. Al cabo del tiempo, encontré unos oftalmólogos que me aseguraron que podían operarme y quitarme las dioptrías. Eso si, la visión nunca la recuperaré. Sigo viendo poco.

De ahí que cuando en el curso nos hicieron la propuesta, contaba, yo me entusiasmé. Con los ojos tapados teníamos que recorrer la sala donde hacemos el curso utilizando el resto de los sentidos. Toqué, acaricié, mis pies probaron la diferencia de textura de las alfombras y el suelo. Llegué hasta el equipo de música donde habían puesto el cd de Ludovico Eunadi. Puse las palmas sobre el bafle para notar la vibración de las notas de piano. Me quedé un rato allí pero presa del espíritu de Indiana Jones proseguí la marcha rozando todo cuanto encontraba a mi paso.

Después fuimos más allá y nos propusieron no sólo explorar el espacio sino también a las personas que encontrábamos. Establecer contacto con ellas sin hablar, expresando lo que quisiéramos a través del tacto. Aquello fue un festival de roces sin componentes sexuales. Encontré a la mujer que me hizo el masaje con el clavel. Algo nos une. No sólo aquella experiencia. Tal vez una fragilidad momentánea. Tal vez el sabernos luchadoras incansables y ahora algo abatidas. No sé realmente qué es pero hay entre nosotras una conexión. Al tocarla por la espalda supe al momento que era ella y la abracé tiernamente. Ella intuyó que era yo y se cogió con la misma ternura a mis brazos.

Allí nos quedamos hasta que dieron el ejercicio por concluido para dar paso al último del taller. Basicamente consistía en hacer lo mismo pero añadían una complicación. Ojos tapados. Sin hablar. Sin poder tocar. Sólo con el olfato. De hecho para ese día nos habían pedido que fuéramos duchados sólo con agua. Nada de jabón, nada de colonia, nada de cremas...

Nos dijeron que fuéramos oliendo a las personas y si encontrábamos alguna con la que sintiéramos afinidad, tendríamos que comunicárselo sin identificarnos y en caso de estar las dos personas de acuerdo, sentarnos en el suelo.

Y recomencé mi exploración. Era mucho más difícil, guiarte por el olfato. O tal vez no. En el fondo era mucho más primitivo, instintivo. Hay olores que sin ser malos no te atraen. En mi caso los amargos, los ocres o los demasiado ácidos.

Después de cuatro o cinco intentos encontré a alguien a quien ya había olido. Ese olor me resultaba familiar y era muy agradable para mí.

Mi nariz resbaló por el cuello aspirando el aroma de una piel suave. Me quedé anclada en el estrecho de Bósforo donde encontré calidez. Me animé y dejé que mi nariz rozara su rostro. De la oreja hasta la boca. De la comisura hasta la cuenca del ojo. La frente sobre la que caía rebelde algún mechón de pelo. Perdí la noción del tiempo. La olí. Me olió. Jugamos. Dejamos que nuestras narices perdieran el rumbo. Sus hombros, el delicado contorno de sus brazos, la suavidad de unas manos donde se apreciaba el borde de las venas. Hundí mi nariz en su pecho escotado aspirando la limpieza de ese olor fresco. Eso es. Me olía a limpio. A cuando sacas una prenda de una lavadora en la que has echado un suavizante que no parece artificial.

Suspiré. El olor me llegaba al fondo de los pulmones y traspasaba mi estómago. Sentí deseos de quedarme a olerla durante horas. De que aquel “juego” no se detuviera. Que la música no cesara. Porque en aquel momento el olor era la música que escuchaban mis oídos. Su olor era lo que percibía dentro de un mundo mucho más amplio. El zoom que depositaba en aquella persona. Su olor evocó en mí colores como el malva o una extensa gama de azules. Su olor sonaba como un oboe dulce o como un violín en sus notas altas. Era un olor que me transportaba hasta un bosque en verano. Su cuerpo los árboles y mi cuerpo un lago de colores imposibles.





Hiciste un gesto con la cabeza que percibí como asentimiento y noté que bajabas. Lentamente fui sentándome, sintiendo que nuestros rostros quedaban frente a frente. Oí cómo te quitabas el pañuelo de los ojos y con algo de miedo hice lo mismo.

Me encontré con tus ojos. Me sonreíste. Me dijiste en voz baja que me habías identificado por el olor desde el principio. Yo no lo supe hasta que en un momento determinado suspiraste e identifiqué el ruido claramente. Demasiadas veces te había escuchado suspirar.

O tal vez si. Nos dicen en el curso que el cuerpo tiene memoria, que en él quedan registradas las buenas y malas sensaciones que nos produce cualquier cosa aunque no lo recordemos de forma inmediata. Tal vez recuerdo esos centímetros de piel por la que transitó mi nariz, pero el miedo me impidió decirte que yo también te había reconocido. Quizá ese miedo sea ante mí misma porque me cuesta reconocer que todavía guardo tu recuerdo.

¿Cambiaría algo si te dijera que era tu cuerpo el que buscaba?


jueves, 9 de diciembre de 2010

¿En qué página aparecemos?

Una amiga bloguera me manda por correo este libro de regalo. No sé si como "premio", o tal vez incentivo a la labor de poda que he hecho recientemente.



Al abrirlo, me quedo mirando. Noto que no es nuevo. Percibo que el libro ha sido abierto y cerrado muchas veces, que lo han paseado, tocado, acariciado sus páginas... Para mí, eso le confiere más valor porque supongo que le habrá costado desprenderse de un objeto al que esta bloguera le da tanto valor, un libro. La dedicatoria que me escribe en su primera hoja me lo confirma.

Tengo ganas de leerlo. Habíamos hablado de lo mucho que me gustó le película y todo lo que lloré con ella. Pero por alguna razón nunca se me había ocurrido leer el libro.

El caso es que después de agradecer el regalo del libro, me quedé pensando en que si tenía relación con mi ejercicio de poda, debería llamarse la Jardinera Fiel. Y fui hilvanando pensamientos acerca de las conversaciones que tengo sobre libros con otras personas, en especial con otras mujeres.

Casi todos, por supuesto, están escritos por hombres. Y me encuentro con que en la literatura, como en otras áreas, hay una tremenda falta de referentes. Me busco constantemente, pero casi nunca me encuentro.
Si se estima que el 10% de la población es gay (incluyendo aquí a las lesbianas) ¿por qué no el 10% de la literatura que sacan las editoriales contiene personajes principales homosexuales? De ahí que tengan que surgir editoriales como EGALES que publiquen libros donde aparecemos con toda nuestra casuística....guapas, feas, altas, bajas, masculunas, femeninas, ricas, pobres, jóvenes y no tan jóvenes.

Durante un tiempo estuve leyendo los libros que publicaban esta editorial. Más que leerlos los engullía, necesitada como estaba de referentes escritos. Llegó un momento en que me hastiaron. Todas eran historias sobre mujeres que encontraban a mujeres y terminaban con un Happy End en el que cerraban la puerta de la casa que iban a compartir. Y yo me quedaba preguntando...¿qué ocurrirá después? Por qué nadie habla de lo que sucede cuando dos mujeres se enamoran, dan el paso de mostrarse abiertamente y deciden convivir?

Sigo teniendo esa falta de referentes. Los libros que he mencionado no son ni de lejos grandes obras de la literatura. Una no pretende encontrar el Quijote lésbico o una Guillermina Shakespeare pero echo en falta que escriban sobre mí, sobre nosotras y nuestras vidas. No sé si existe por ahí una literatura de mujeres, o una literatura sobre mujeres pero ya es hora de que alguien escriba acerca de todas nosotras con la calidad y calidez que merecemos (Por supuesto, sin desmerecer a las que publican libros, que bastante mérito tienen)

Todavía recuerdo a Sis, contándome que acababa de leer un libro de Patricia Highsmith que trataba de una historia de amor entre dos mujeres. Aquel, hace ya muchos años, fue el primer libro que leí y confié en encontrar muchos má. Pero el tiempo ha pasado y no ha sido así.

Os dejo la relación de los tres libros que más me han gustado en cuanto a personajes lésbicos se refieren.



- Carol de Patricia Highsmith, por ser el primero y aunque tímido en la escena de sexo, valiente para la época en la que fue escrito.

- Tomates verdes fritos de Fannie Flagg, un clásico y para mí la verdadera heroina lésbica...Idgie Threadgoode. TOWANDA!
  
- Cris & Cris de Mª Felicitas Jaime, un libro sencillo, de rápida lectura pero donde me encuentro retratada en su personaje principal. Rebautizo el libro...Cris, Cris & Chris




¿Queréis añadir alguno? ¿Os gustaría ver escrito algún libro en versión al menos femenina? ¿Alguna recomendación?


jueves, 2 de diciembre de 2010

Super Chris Bros

Dado que llevo días en casa sin hacer realmente nada útil más que mirar series por Internet he decidido darme al rollo ñapas y arreglar desperfectos que habían surgido en mi hogar surante los últimos meses.

Nada mejor que una visita al Leroy Merlin para proveerse de los útiles necesarios para ejercer de Super Chris Bros. Y como no estoy motorizada, le he pedido ayuda a mi inseparable Luigi (alias, mi padre).

Así que allá nos hemos ido esta mañana. Y como en el video juego he ido recogiendo por los pasillos, a modo de diferentes pantallas, los útiles que necesitaba a modo de monedas, setas y demás. Ummmm...una llave inglesa!! justo lo que necesitaba para terminar de tunearme en Super Chris Bros!! Pero aún me faltaba la pieza más importante para arreglar mi bañera.

Así que ni corta ni perezosa me he dirigido a un hombre que estaba allí y le he preguntado por el “champiñón rojo”

Super Chris Bros: Hola, estoy buscando una pieza como esta para mi mampara del baño
Leroy Merlinero: Espera que voy a preguntar
Luigi: Si es que hemos visto estas, pero son verticales. Necesitamos una horizontal

Mientras seguíamos mirando en el estante los champiñones rojos por si alguno nos valía, ha llegado alguien a ayudarnos.

Princesa Peach: Hola, me ha dicho mi compañero que necesitáis un champiñón rojo de estos.

Me he dado la vuelta y me he quedado parada mirándola, incapaz de hablar.

Luigi: Si, justo como este pero que tenga la base horizontal
Princesa Peach (dirigiéndose a mí) Este de aquí te debe servir.
Super Chris Bros: Justo, este es el que necesito. Oye, tú sabes cómo tengo que ponerlo? Necesito alguna herramienta?
Princesa Peach: No, basta con que ejerzas un poco de presión y vayas empujando poco a poco

Mi imaginación se ha disparado pensando en el tipo de presión que me gustaría hacer y dónde tenía que empujar.

Para ese entonces Luigi me sobraba en la pantalla, pero el pobre no se estaba dando cuenta de nada. Me daban ganas de decirle que fuera a buscar alguna planta creciente de esas que conducen a otras pantallas.

Por otro lado, me he quedado con las ganas de decirle a la Princesa Peach si me daba su teléfono por si tenía problemas a la hora de montar la pieza.
Pero claro, a pesar de que mi radar emitía más señales que los sismógrafos el día del tsunami, ignoraba si la Princesa Peach me estaba viendo de un modo o de otro....


Me vería ella así?

Así me veía yo


Así que le he agradecido muy amablemente la ayuda prestada y me he dirigido con el inocente Luigi a la caja para pagar con las monedas que habíamos recogido en las diferentes pantallas......



GAME OVER


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