martes, 29 de diciembre de 2015

Al sur de tu ausencia

Hace mucho que dejé de creer en la Felicidad. O mejor dicho, ya no creo en ser feliz. Quizá alguna vez lo haya comentado. No, no creo que se pueda ser feliz. Pero creo firmemente en que la vida está llena de momentos en que podemos estar felices...

Tenía tanto miedo de volver a tu casa... miedo ante lo que sentiría cuando entrase en esa habitación donde pasé las mejores noches, miedo de rozar cada rincón donde te amé, miedo de ver el mismo paisaje gris que convertí en alegría, miedo en definitiva a encontrar mis sombras entre tus paredes...

Traspasé el umbral de la puerta y te besé. Un sólo beso, aunque nunca lo recuerdas... y me deslicé dentro de tu medio hogar, tranquila, mientras charlábamos. Así, sin más, nos pusimos a hacer croquetas. Si, croquetas... descubrí que la felicidad es algo tan sencillo como hacer croquetas contigo.

Después llegaron las demás y voló el tiempo.

Tuvo que contarme C que aún resido allí, que entre esas paredes aún se encuentra mi recuerdo, expuesto en blanco y negro en la librería, que mis ojos siguen teniendo esa expresión ensoñadora.... pero quizá ya no soy  esa mujer de la foto del 2005.

Sólo soy esta. La mujer que siente escalofríos cuando la preguntas acerca de si te equivocaste al tomar una decisión. La que sigue llenándose de sonrisas cuando habla contigo. La que te echa de menos al sur de tu ausencia. La que te confiesa ser un trocito de pan. La que se llena de ternura estando a tu lado.

Aunque apenas te roce.

martes, 22 de diciembre de 2015

Ya no necesito ser Luke


Dice mi madre que cuando yo era pequeña, me llevaron muchas veces al cine a ver películas de dibujos animados. No recuerdo ninguna. De hecho, la primera película que recuerdo haber visto en el cine fue La Guerra de las Galaxias. Debía tener cinco o seis años como mucho pero me causó una gran impresión.

Me flipaba Luke Skywalker, su inocencia y al mismo tiempo la destreza que adquiría. Me flipaba la ropa que vestía y por supuesto el sable láser, que me hubiera encantado tener.

Ya en aquella época empezaba a mostrar confusión con mi identidad de género, aunque no supe concretarla ni verbalizarla hasta mucho después. Cuando salí del cine, recuerdo claramente que le dije emocionada a mi hermano... vamos a jugar... yo me pido ser Luke Skywalker!! Y mi hermano, que también a su corta edad se había dado cuenta de mi negativa a etiquetarme en el género impuesto me dijo... "ya sabía que ibas a decirlo...tú siempre te pides ser el chico". Y lo soltó así, tal cual, delante de unos amigos con los que fuimos a verla y de sus padres, que nos cuidaban. Me quedé avergonzada y callada De hecho, me callé durante años, pero ese no es el tema.

He visto la peli nueva de Star Wars. Y me ha encantado!!! +++ No hay spoilers +++ Me regalé una entrada de cine Vip con butaca enorme. Yo sola en la fila. Mis palomitas, mi botella de agua y todas las ganas del mundo. Se apagó la luz y al poco la película me conectó con mi niña interior, con esa cría que disfrutó tanto de los caballeros Jedi, de las peleas, de los androides y de los ewoks... Me sorprendí sonriendo y diciendo emocionada... Han Solo! R2D2! y animando a los pilotos en sus peleas contra las fuerzas del Primer Orden. Venga!! Dispara!!

Pero lo que más me emocionó con diferencia, fue descubrir que las chicas pueden pilotar naves como el Halcón Milenario, pelear contra soldados imperiales e incluso luchar con sables láser. Si. Lo mejor de Star Wars ahora está protagonizado por una chica.

De repente ya no necesito ser Luke Skywalker. Me basta con ser yo... y seguir soñando.


domingo, 20 de diciembre de 2015

Y de nuevo Navidades


Este año las fiestas me pillan algo despistada. Llevo desde Octubre muy dispersa,centrando casi todas mis energías en temas familiares. El robo en casa de mis padres y la enfermedad de mi madre han hecho que pase en su casa muuuuuchas horas. Acompaño, ayudo, hago lo que puedo.Y eso me deja poca energía para mí misma.

El trabajo me está absorbiendo demasiado. Espero que para primeros de año se acabe el proyecto que me encargaron y pueda dedicarme más al día a día. De momento nos han trasladado de nuevo a nuestro antiguo lugar de trabajo. Vamos mañana ya para allá. Echaré de menos la tortilla de patatas, el jardín interior, la comodidad de que te recojan y te lleven en autocar... pero la verdad es que tener que volver a ir a trabajar en transporte público hará que me ejercite más cada día y eso me alegra.

Me llegó el lunes una notificación de que me convocaban para la mesa electoral. En principio suplente. Estuve una hora y media haciendo cola en Correos para recoger la notificación. Esta mañana me he pegado el madrugón y he ido con un par de sandwiches en la mochila por si me tocaba pasar todo el día allí. Por suerte, se han presentado todos los de la Mesa y me he podido volver a la cama. Si. Porque ya estaba duchada y todo pero me he vuelto a meter en la cama y no me he despertado hasta las 12 de la mañana. Raro en mí. Pero es que estoy agotada.

Y el remate de la semana ha sido la visita al dentista. Antibiótico y reendodoncia. Desde el miércoles sólo puedo comer por un lado de la boca y hasta el 28 no me lo terminan de arreglar. Me veo cenando  una sopa en Nochebuena.

Semanas como esta me dejan con la sensación de ser Superwoman, sólo por salir adelante... Si además esta noche se produce el cambio político que tantos esperamos, me meteré en la cama con una sonrisa de oreja a oreja.


lunes, 14 de diciembre de 2015

No es Little Wing


Vivo en un humilde barrio de Madrid, eso si, con buenas vistas. A los pies de la Catedral. Enfrente tengo un parque con árboles centenarios.Pero mi verdadero contacto con la naturaleza está a cinco minutos andando, cuando atravieso la entrada a la Casa de Campo.

No, esto no es Little Wing ni tengo nada que ver con Henry aunque me ata el amor a la tierra, al sonido de los pájaros que se posan sobre los árboles del parque, a la visión del atardecer sobre el lago, a los ciclos vitales... Tampoco mis amigos son un cantante famoso, un acaudalado broker o un sonado tierno. Pero creo que comparto con estos personajes la sensación de que éramos un nosotros y de repente algo pasó, algo se rompió.

Prevalece la idea de haber vivido momentos, y haber creado espacios comunes. De haber transitado por idénticos caminos a pesar de que cada uno tiene sus vivencias. Pero después de todo, un día abres los ojos y descubres que poco queda de aquel nosotros. Tal vez sólo la nostalgia que nos hace reunir y creer que la Navidad traerá la magia de nuevo.

A veces es tan sencillo como que los caminos se separan, que ya no somos los mismos, que tenemos intereses diferentes. Venga. Va. Dramafree. Sin lágrimas ni suspiros. Pero quizá no sabemos hacerlo así de bien y nos aferramos a los recuerdos de aquellos momentos.

Lo malo de haber llegado hasta aquí, es que empiezas a darte cuenta de lo que ha quedado por detrás de ti. Lo bueno, es que descubres que no todo lo que pierdes supone realmente una pérdida. Y lo vital es que tienes la certeza de que sólo vale la pena cuando los que están cerca le ponen tanto mimo como tú.


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