viernes, 24 de mayo de 2013

Para V.


Fue una frase, sólo una afirmación. Pero no te imaginas la cantidad de horas de pensamiento que le he dedicado desde aquella tarde. Y todo lo que ha ido sucediendo en el adentro y el afuera desde entonces.

No hemos vuelto a hablar. Nos hemos cruzado unas breves palabras por correo. Me quedé preocupada porque Zami, que fue la última que te vio de nosotras en Madrid, me dijo que no tenías buena cara. Quise suponer que eran los problemas que ya habías vaticinado y que estarás resolviendo como puedes.

Desde ese último martes he tenido pocos espacios de recreo como el que nos construimos.Algunos momentos de alegría, muchos momentos de ternura, muchas risas, pero también nervios, tensiones, problemas, tristeza...  Aquí sigo, echándole ganas, aunque eso no basta...también se necesitan respuestas.

Si, V... la idea del viaje que tengo en la cabeza no es la misma que la que tenía hace 20 años, ni 15, ni siquiera hace 4, cuando más factible parecía realizarlo.

Estoy en casa, con la maleta todavía sin preparar. Me da miedo sacarla porque Zoe se pone muy triste y estos días anda rara. De hecho, esta mañana ha orinado en mi cama. No quiero pensar en irme y dejarla mala.
He tenido una semana infernal en mi trabajo y es posible que a la vuelta me encuentre con una sorpresa en forma de cambio de turno obligatorio. Una vuelta de tuerca más a las bondades de mi departamento y su equipo directivo.
En un rato tengo que ir a presentar un cineforum y confieso que no tengo la cabeza para eso.

Y el viaje ha cambiado tanto. Quiero subirme ya a ese avión y desnudarme. Desnudarme de Madrid, de las emociones que me envuelven estos días, de su frialdad y soledad a veces lacerante. Me marcho sola con la compañía de algunas ausencias. Me voy, despojada de expectativas, con ganas de sentirme perdida en medio de esa ciudad y de encontrarme con mis silencios.

Pero quiero que sepas que te llevo. Que aunque no haya escrito todavía acerca del viaje que tenía o tengo en la cabeza, no he dejado de pensarlo y de pensarte. Ojalá que a la vuelta nos encontremos en algún recodo de esa tierra roja que tanto amas.



jueves, 23 de mayo de 2013

El agua de Mombasa



Esta mañana me levanté con la imagen en la cabeza de una escena de Memorias de África. En la película, Karen Blixen se empeña en hacer un pequeño embalse para aprovechar el agua que pasa cerca de su casa. Los kikuyu, extrañados, le dicen que ese agua vive en Mombasa y que la tiene que dejar libre.



Tras unas lluvias fuertes, el rudimentario embalse se rompe y Karen Blixen se rinde entendiendo que el agua sigue su curso y que no puede llevarla por donde ella quisiera.



"Este agua vive en Mombasa, msabu".

Si.
Yo, al fin lo entiendo.

martes, 21 de mayo de 2013

Todos los edificios de Nueva York

Una de las cosas que siempre me ha apasionado de NY es su arquitectura. No tengo conocimientos técnicos, pero me embobo facilmente viendo algunos edificios que me parecen increíbles. Eso si, con el tiempo he desarrollado un gusto determinado, que no digo que sea bueno... simplemente que no me gusta cualquier edificio.



Y hoy, hojeando el periódico me he encontrado con un verdadero regalazo. Al parecer un hombre se ha decidido a dibujar los edificios de Nueva York y le han editado un libro que puedo encontrar en Rizzoli.




Ah! Rizzoli.... es una de las visitas obligadas... conocí la librería gracias a una película que nada más verla se convirtió en una de mis favoritas... "Enamorarse". Una historia protagonizada por Meryl Streep y Robert de Niro... maravillosos, inmensos los dos... (si Zami, De Niro puede hacer películas sencillas y bonitas :-P) y que tropiezan por primera vez en esa librería neoyorkina.



Así que me temo que mi colección de libros sobre NY se incrementará con este volumen del que os dejo algunas muestra.  

lunes, 20 de mayo de 2013

Ondas de colores



Allí tumbada, con los ojos cerrados, mientras absorbo el aroma a palo santo, poco a poco me relajo y dejo que mi respiración se acompase. Noto las diferentes partes de mi cuerpo pegadas al suelo y las enumero para poner mi consciencia en cada una de ellas.

Cuando al fin termino de hacerlo, noto algo que no había percibido antes. El silencio es azul.

Si, en la sala estamos unas 10 personas, todas calladas. Y con los ojos cerrados veo ante mí con claridad ese color. Ya me había sucedido en otra ocasión, ver colores en los sonidos- Pero esta vez es algo nuevo. Veo el color de un no sonido.

Comienza el concierto de cuencos tiberanos y al poco van apareciendo en mi mente de nuevo los colores. Mi cuerpo nota las vibraciones y delante de mis ojos cerrados, en el ángulo superior derecho de mi frente aparecen ondas.
Los colores llegan, ondulan y se dispersan sin que consiga entender lo que provoca que aparezcan. Pero al verlos me relajo del todo. Siento que la paz me alcanza.

Me dejo ir y me sumerjo en ellos. Buceo entre los morados, los azules y los ocres. Floto sobre los marfileños. Contemplo el naranja desde lejos y percibo pequeñas motas blancas sobre el rojo oscuro. Descubro que los colores claros corresponden a los sonidos más agudos y creo que estos son lo que producen los cuencos más pequeños.

Me pierdo en sus formas que no cesan de cambiar. En ocasiones, veo cómo salen disparadas en un ángulo muy cerrado antes de desaparecer. Otras, simplemente vagan por el espacio que se sitúa delante de mis ojos y se deslizan perezosamente hasta que se diluyen en la siguiente onda.

Tendzin Manjari canta un mantra. Su voz , el tono, la inflexión que hace...concentra y trasmite toda la dulzura que la habita Simplemente me conmueve.

Mientras avanza el concierto siento escalofríos provocados por la energía que fluye. Me descubro añorando que se repitan sonidos que me erizan la piel. En un momento dado pierdo la conciencia del tiempo y el espacio, sólo hay lugar para las vibraciones, el sonido y los colores.

Las campanitas me traen de regreso cuando el conicerto finaliza y durante unos minutos me quedo desconcertada, tratando de volver a la realidad de la mente gris, al mundo de los ruidos disonantes, a la frialdad del aire que no se mueve. Y ya empiezo a echar de menos ese inmenso lago de colores en el que me lanzo a bucear cuando los cuencos vibran.

viernes, 17 de mayo de 2013

Contra la homofobia


Tarde actualizo, pero es lo que tiene la inspiración, que suele llegarme a última hora, cuando me siento a reposar y a ver pasar la vida...

Hoy es el día contra la homofobia (y el de las letras gallegas!). Y no quiero dejar pasar la ocasión sin más.

No sé si os he contado alguna vez que sufrí acoso escolar por mi lesbianismo. Para las niñas de mi clase en el puñetero colegio de monjas al que fui, mi homosexualidad era algo evidente aún cuando yo ni me lo había planteado,  Y tenía 14 años!! Desde entonces hasta que hice la Selectividad no debió pasar un sólo día sin que sufriera insultos, humillaciones, agresiones o vejaciones de todo tipo. Las monjas, mientras, miraban para otro lado.



Siempre he pensado que es necesario que los adolescentes tengan referentes positivos y que haya una educación encaminada a erradicar la homofobia.

Por eso, el otro día, en el grupo de diálogos sobre sexualidad lésbica en el que participo mantuve una postura algo radical. Insisti en la necesidad de la visibilización para alcanzar la máxima normalidad y evitar que niños o no tan niños tengan que pasar por experiencias como la mía.

Nunca he entendido a las personas gays que dicen que no salen publicamente del armario porque a los otros no les importa con quien se acuestan. Y no se trata de que al resto les importe o no. Eso es evidente, mi sexualidad sólo me atañe a mí. Pero ocultarla es un síntoma de miedo e incluso en algunos casos de egoismo por querer mantener un determinado estatus.

Me decía una compañera que hay que entender que cada una tiene sus ritmos y sus procesos. Si, pero llegar a mi edad y no haberlo dicho a la familia, a los amigos, no ser capaz de mostrar en público unos sentimientos es para hacérselo mirar.

En el año 91 asistí por primera vez a una manifestación del Orgullo. El lema de aquel año era... "Tu miedo es su fuerza". Al año siguente había cambiado. "Tu fuerza es su miedo". Me gustó mucho más el segundo aunque no estaba del todo de acuerdo. Pero si que creo que debemos encontrar esa fuerza y mostrarnos tal cual somos. Para que un día no muy lejano no haga falta reclamar en contra de la homofobia. Para que ninguna Chris de este mundo tenga que soportar acoso en la escuela.

Por todos y para todos nosotros.

jueves, 16 de mayo de 2013

En silencio


Mis lumbares han decidido que hasta aquí han llegado y me lo están haciendo saber a gritos. Así que esta es una tarde de sofá y parche térmico.

Ayer vi una película (con palomitas, of course) que transcurre en Nueva York. Para ir abriendo boca. El protagonista, un niño cuyo padre muere el 11 de septiembre, termina subido en un columpio volando alto. La imagen me recuerda en un primer momento cómo me gustaban de pequeña esos columpios. A continuación, recuerdo que ahora no soporto la sensación de vértigo que me dan.



Y de algún modo, este recuerdo secundario me lleva a resguardarme en mi silencio. Tal vez como preludio de lo poco que voy a hablar en Manhattan.  Nunca ha sido fácil para mí hablar y estos días atrás me descubro pensando mucho y hablando menos... o nada.

Para redundar más en la pérdida de palabras, llevo desde el finde jugando con números. Yo que siempre he sido de letras decido que mi número es el 2 amarillo.

Me llaman esta mañana de Iberia para decirme que han cambiado el horario de mi vuelo. Tanto a la ida como a la vuelta. Eso me obliga a avisar a la empresa de traslados, al hostel y a San Pito Pato del cambio de hora. Me temo que mi inglés formal no fluye como debiera, pero no me preocupa estar allí y no poder expresarme mucho. Aunque según me dice Verticana, la gente te habla en cualquier lugar y quizá hable más allí que estos días.

Al fin he sacado la cámara de fotos (de la que no recordaba su existencia y que hallé hace poco entre mis libros) y he puesto a cargar la batería. Me dan ganas de dejarla en Madrid. No hacer fotos del viaje. Guardar cada imagen en mis pupilas agujereadas. Así tal vez cuando vuelva no me quede más remedio que hablar de lo que he visto y recupere la voz.

Pero descubro emocionada que mientras esté allí habrá luna llena. Y eso si que merece un intento de foto de la luna sobre un puente. Y muchas palabras.

martes, 14 de mayo de 2013

Alias: desastrito

Que si, que lo reconozco, que estoy un poco plasta con el tema del viaje... pero es que ando ya nerviosita perdida. Bueno, vamos a dejarlo en nerviosita... lo de perdida es posible que me suceda al llegar.



Recuerdo cuando con 21 añitos y más naif que todas las cosas (si, sigo siendo naif, ¿qué pacha?) me lancé a la aventura y me fui a pasar mis vacaciones yo sola a Dublín. No había salido jamás de España, salvo una vez a Portugal en autocar con los scout. No había viajado sola en avión y era tan tímida como ahora. Mi mayor preocupación era dónde tenía que recoger la maleta.... recuerdo mi angustia... pero cómo sé por dónde sale la maleta??? hasta que mis padres, infinitamente más viajados que yo me explicaron que tenía que ir al "bagageclaim" y que por allí saldría. Lo de que me di cuenta que en Irlanda hablaban en inglés cuando ya estaba dentro del avión y oí a la azafata, mejor lo dejamos para otra ocasión :-(


Y luego está mi experiencia puertorriqueña, cuando me cogió una poli que medía 2x2 y me interrogó después de depositar su pistola encima de la mesa... vamos!! que es como para ir un poco acojoná con el tema de inmigración. Pero allí voy!!!


Y llegados a este punto, es cuando reconozco que soy un desastre. Voy preparando cosas a trompicones. Ayer me agencié el cargador de clavijas planas y las entradas para pasar sin colas a ver el Empire, el MOMA, el MET, los Cloisters.... me falta todavía revisar la cámara de fotos (tú con calma, no te estreses, eh bonita!) y hacerme con el candado para la taqulla del hostel. Son detalles, pero que se me van ocurriendo y procuro solucionarlos según me llegan a la cabeza porque si no, se me vuelven a olvidar.


Para todo eso sería genial ser la típica persona que se hace una lista con las cosas que tiene que llevar, la ropa, los objetos imprescindibles... pero insisto, soy un desastre. Empecé a hacer una lista y la tengo encima de la mesa del trabajo por si me llega la inspiración en las horas laborales. A este paso no me extrañaría que la maleta llegara allí como si fuera la sección de objetos perdidos. Me veo el día de antes llenándola con todo lo que vaya cogiendo de casa. Lo dicho, un desastre.  

lunes, 13 de mayo de 2013

Después de la tormenta llega la calma



Uf! sobreviví a la semana... Después de unos días llenos de incertidumbre y miedos, bloqueada, absolutamente bloqueada, he conseguido remontar y hasta sonreir.


Releía hace un rato ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? de la Winterson, tan lleno de claves para mí que me hacen entender todo lo que me ha pasado esta semana.

"La psique es mucho más inteligente de lo que permite la conciencia. Enterramos las cosas tan profundamente que no nos acordamos de que había algo enterrado. Pero nuestros cuerpos recuerdan. Nuestros estados neuróticos recuerdan. Pero nosotros no."


Pero antes de llegar a eso, ha habido momentos buenos, tomando el sol mientras olía el dulzor de las flores, cena con Nueva York como tema central (ya casi, ya casiiiiii), y las familias disfuncionales como elemento de humor.Y palabras, muchas palabras... para verbalizar y empequeñecer lo que dentro de mí era una bola de nieve que se hacía gigante.

Y estos días mi ciudad me regala imágenes preciosas para ayudarme a encontrar ese equilibrio, que tanto necesitaba. Continúo con los atardeceres...






jueves, 9 de mayo de 2013

A partes iguales


Hay días raros en que sonríes y lloras a partes iguales, en los que vives momentos maravillosos y pocos minutos después, momentos horribles.

Y esos días me dejan una sensación de resaca... de miradas, de cielos preciosos, de abrazos, de abrazos y sonrisas, de abrazos sonrisas y besos, de sentir. Pero a la vez tengo la resaca del miedo, de la tristeza, de la sensación de haber metido la pata hasta el fondo...

Y me acabo de zampar un bizcocho de chocolate para desayunar, para intentar mitigar lo negativo, para ver si al tragarlo se me deshace el nudo en la garganta que tengo y rompo a llorar, o al menos consigo salir de este silencio en el que me he sumido. Porque las palabras bullen en mi cabeza, pero no consigo que salgan al exterior.

Vaya semana que llevo entre cosas que se me han perdido, cosas que se me han roto, urgencias hospitalarias nocturnas y malos rollos con personas que aprecio mucho. Menuda mierda.

Pero quiero quedarme con el atardecer que vi ayer en el Templo de Debod y quiero quedarme con la visión de ese atardecer reflejado en los ojos de Zami justo antes de que llegara ese momento "que se abra un agujero en el suelo ahora mismo y me trague la tierra"

sábado, 4 de mayo de 2013

Tantas sensaciones


Por calmar un poco los nervios del previaje sumados al síndrome premenstrual que se apodera de mí estos días, ayer decidí salir un poco de casa. Quedé con mi fisio para tomar unas cañas y ver en el cine, Tomboy. Desde aquí aprovecho para recomendarla.

Hablando de mi fisio... con esa facilidad que tengo yo para percibir las sensaciones corporales, se me hace muy extraño ir a la consulta y que me coloque vértebras o me saque y movilice la cabeza del peroné. Mi cuerpo guarda todavía en su memoria tisular las sensaciones que me producían las manos de Marta, mi anterior fisio. Y es como si mi cuerpo estuviera esperando que mi nueva fisio hiciera lo mismo, como si en cierto modo anticipara lo que va a ocurrir, en cuanto ella me pone una mano en la espalda o la pierna... y me equivocara. Así que siempre termino con el cuerpo colocadito y en su sitio y una profunda sensación de... esto no ha sido lo que yo esperaba. Supongo que es cuestión de tiempo que me habitúe a su forma de tocar(me).

Volviendo a lo de ayer, aproveché la buena tarde que hacía para bajar andando toda la calle Atocha hasta llegar al lugar donde habíamos quedado. A pesar de que eran más de las ocho, todavía algunos rayos de sol iluminaban la acera por la que caminaba. Y de nuevo ocurrió... si, volvió a sucederme. Y ahora te lo cuento a ti, Zami, en primera persona, porque eres tú la protagonista de esos momentos...

Caminaba mirando al suelo, para no tropezar, como es habitual en mí. El sol bajaba por mi espalda y a pesar del bullicio de la calle de repente el sonido cesó. Levanté los ojos pero vi que todo el mundo seguía caminando y los coches y autobuses pasaban. De hecho nada se había detenido, aunque para mí el sonido de la calle había cesado. Y entonces, en ese justo momento, en ese preciso instante, sentí que te estaba acariciando la mejilla.

Levanté mi mano derecha y miré su reverso para comprobar que no había nada extraño. No sé qué esperaba encontrar, seguramente nada, quizá era tan sólo para cerciorarme de que no había nada físico que provocara realmente esa sensación tan intensa.

Se que no es una imagen que pasa por mi cabeza, ni un deseo, ni una fantasía... es una sensación real,  física, que noto en diferentes partes de mi cuerpo.

No sé qué me provoca esas sensaciones. Es como al principio, ¿recuerdas? cuando todavía mirabas en otra dirección. Entonces había momentos en que yo sentía que me tocabas los hombros o me cogías por la cintura. Era como si todo mi cuerpo estuviera recubierto de una capa de energía (soy incapaz de explicarlo de otro modo) que yo podía percibir fisicamente y aún a distancia de ti, sentía tus manos posadas sobre esa cubierta mía.

Era tan real la sensación, que me resultaba imposible creer que tú no la notaras o que nuestras manos no estuvieran destinadas a entrelazarse durante cualquiera de nuestros abrazos. Y sucedió.

jueves, 2 de mayo de 2013

Histeria: Modo On


Shuttle parriba, shuttle pabajo... que si mejor estos que son más baratos o los otros que son más caros pero hablan español. Eso contando con que los de inmigración no me retengan como me pasó en Puerto Rico. Que no sé yo si estoy preparada esta vez para que me coja una bigarda de 2x2, ponga su revolver encima de la mesa y me acribille a preguntas en inglés para saber si trataba de colarme en el país.

Oigan, miren... que esta vez vengo a cumplir el sueño de mi vida. Y posiblemente se cumpla lo del sueño porque a este paso voy a llegar tan agotada que entre eso y el puñetero jet lag me voy a pasar la semana durmiendo.

Si es que no puede ser... años y años de acumular información, guías, libros de fotos... y ahora qué carajo hago... que ya me he decidido, paso de comprar la tarjeta esa que ofrece un descuento. Para aprovecharla tendría que visitar al menos cada día tres monumentos-museos en los que la entrada costase al menos 30 dólares. Y claro, eso me supondría más estrés. Y una no está para cumplir sueños estresada. Que no, que me niego. Que pienso ir a mi aire.

Pero claro, me pongo a (h)ojear la guía "lo esencial de nueva york" y se me cae el alma a los pies... que nadie me quita el ir con la lengua fuera visitando barrios y demás. Se abren las opciones... visito barrios y aparte los monumentos-museos que quiero especificamente? o cuando esté en el barrio aprovecho?... porque si lo hago así me temo que no veré ná de ná.



Luego está la cuestión del tiempo, que dependiendo del día que haga conviene ver una cosa u otra... No es cuestión de que haya un bajón de temperaturas o esté lloviendo y yo pelá de frío o achicando agua en el piso ochentaytantos del Empire.

Parálisis por análisis que lo llaman. Y a eso se me une que cada vez se me va más la olla. Será la deficiencia de la vitamina D o una muerte súbita de todas mis neuronas? Pienso en hacer algo, me levanto de la silla y me quedo con cara de gilipollas pensando... qué iba a hacer yo?

Me temo que voy a pasear por Manhattan con mi cara de cateta a lo Paco Martínez Soria (con gorra en vez de boina) y una etiqueta con mis datos personales por si las moscas.

Ay madre, qué nervios!! Y aún me quedan unos días para marcharme... no llego, no llego!!
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