miércoles, 17 de junio de 2015

Otra vez como si fuera la primera


Ya está. Ya fui a Nueva York y ya volví. Aún ando asimilando las vivencias y la intensidad de este viaje mientras me destroza el jet lag. Paso el día quedándome dormida por los rincones y de noche me espabilo. Sólo espero que se pase pronto porque no soy persona.

En algún momento he pensado que no merecía la pena el viaje por lo mal que lo estoy pasando desde el domingo, pero no es cierto. He vuelto a la ciudad que me encanta, que no deja de sorprenderme y he recorrido lugares nuevos, donde no llegué hace dos años. Me he sentido neoyorkina en muchos momentos. Que ya sé que es una gilipollez, pero es mi gilipollez y me siento feliz con ella. Me he manejado muy bien en el metro, he adivinado la calle que venía a continuación, el edificio que estaba a punto de aparecer a la vuelta de la esquina... supongo que años de mirar fotos, de buscar lugares en el mapa, me han hecho un poquito de allí.

Fue maravilloso el paseo en barquito al atardecer, el recorrido en solitario la última mañana por Central Park, los grafitis de las últimas avenidas, la visión de Manhattenge, el mercado de Chelsea, la langosta de Maine, las vistas nocturnas desde el Empire, encontrarme la bandera gay izada en Wall Street y la cantidad de bollos visibles y masculinas que fui viendo. Me llamaron mucho la atención las mujeres negras. Algunas eran muy atractivas y otras tenían una fuerza en el rostro y una energía increíble. Me encantó una policía que a la salida de Central Park le pregunté si sabía dónde estaba el metro más cercano y me dijo "si". Se me quedó cara de pava. Cuando al segundo caí en que me estaba vacilando nos empezamos a reír las dos con la broma y charlamos de forma distendida.

Pero no os puedo mentir... el momento que más odio de los que he pasado allí, tiene que ver con el que más me ha gustado... Me enteré por Internet de que mientras yo estaba haciendo el gilipollas en Chinatown, las protagonistas de Orange is the new black estaban en Times Square presentando la 3ª temporada. Me tiré de los pelos y me faltó tiempo por la noche para ir hasta allí a ver el escenario que habían montado. Y al llegar me encontré a un montón de mujeres con el uniforme de la cárcel, promocionando la serie junto a los cilindros con las imágenes de las protagonistas..... Si, hice nuevas amigas y allí mismo me declaré al cilindro de Alex Vausse!

He descubierto que aún tengo la capacidad de ver la ciudad como si nunca hubiera estado. Espero que algún día pueda repetir la experiencia. Aunque no será repetir porque hay tantos aspectos diferentes de Nueva York que cada vez es un viaje distinto.


















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