domingo, 17 de noviembre de 2013

Medio Aislada


Se me ha estropeado el ordenador de casa. En el trabajo, un nuevo cambio de tarea me impide hacer prácticamente nada que no sea leer un tweet de vez en cuando. En el metro leo mis correos en el móvil y le doy compulsivamente a "me gusta" en facebook. No puedo hacer más. Me siento ajena a la realidad y aislada...

Así que aprovecho cuando estoy en casa de mi chica para ver vídeos que me mandan, leer blogs en profundidad, descargar contenidos... y actualizar este blog.

La semana pasada quedé con una amiga de la que no sabía hacía muuuuuchos meses. Qué gusto retomar. Y darme cuenta de que juntas, somos las mismas que éramos... ojalá no se quede en un simple "ponernos al día".

Hablando con ella de mi chica, me decía en plan de coña... y que hacéis dos bolloblogueras intelectuales juntas? os ponéis horquillas y empezáis a leer y escribir??? jajajajaja... nunca hubiera imaginado que alguien pudiera pensar de mí que soy intelectual. No... lo cierto es que somos mucho más convencionales de lo que pudiera parecer... tan iguales al resto, imagino, que no entendemos que podamos ser conversación de nadie cuando no estamos...

Para muestra un botón. Esta mañana le ha dado hipo. Por intentar asustarla le he dicho... cariño, me quiero cambiar de sexo... Pues hija, teniendo todavía fascitis plantar es salirse de málaga para meterse en malagón...  no te parece? y ha seguido con su hipo tan ricamente...


El viernes, en el cine fórum que coordino, proyectamos Las Maestras de la República. Un documental maravilloso acerca de las mujeres que hicieron de la enseñanza su vocación durante la II República y que después fueron represaliadas por el franquismo. Una parte de la Historia que por suerte ha sido rescatada y que debería tener una repercusión mucho mayor. Me hubiera encantado que la vierais algunas de las profes que pululáis por aquí y que hubierais asistido al debate posterior. Había mujeres que llevaban en la enseñanza más de 40 años y otras mucho más jóvenes, incluso estudiando todavía. Y aunque había criterios y opiniones diferentes en cuanto a la educación... en todas latía esa pasión por la educación pública...

A la salida, muerta de frío, me fui a casa, a "aislarme"... y a tener la oportunidad de seguir pensándome estos días...que no sé si es intelectual ;-) pero si que es  agradable, entre el ruido que hay a mi alrededor. Tal vez es que la vida de nuevo m ha escuchado y me ha concedido lo que necesitaba...




domingo, 10 de noviembre de 2013

La vida en la mochila


Ya estamos como el año pasado, que no paro. Paso los días haciendo cosas. Voy a trabajar, claro... pero es que todas las tardes me busco algo para hacer. Un taller de vínculos, la gimnasia de los jueves, mi sesión semanal de fisio, una visita cuasi obligada a casa de mis padres.... Total, que ningún día llego a casa antes de las 9 de la noche.

Y cuando llevo semanas así me descubro agotada y con ganas de encerrarme... de recuperar ese mimo en mi espacio personal que abandono con facilidad. De pasar una tarde en casa, a solas con las gatinas...disfrutando de los mia! y los weeee y tirada en el sofá o transcribiendo el proyecto que tengo parado desde hace un mes....

La otra tarde estaba en casa de una amiga que no dispone de muchas cosas.... muchos libros si, pero el resto de su casa está lleno de muebles  que le han dado o ha encontrado en la calle y ha restaurado. No se ha creado necesidades materiales y sobrevive perfectamente... Y el conocer su casa me llevó a pensar en cómo puedo sobrevivir sin apenas nada....Salgo cada día con la mochila cargada con lo necesario para tal vez vivir.... Me asomo a ella y encuentro la cartera, un pequeño neceser que ultimamente va plagadito de pastillas, el libro que me estoy leyendo, un boli y algo de papel por si me surge una idea que quiera dejar plasmada... A veces hasta llevo una muda por si aterrizo en casa de Zami y me quedo a dormir con ella...

Si... mi vida cabe en una mochila... La vida puede caber en una mochila... El viernes una amiga que se ha hecho un hueco importante en los últimos meses, se marchó a Nepal. Se llevaba un montón de sentimientos tristes y alegres a la vez... Pienso en ella y quiero creer que cuando abra su mochila, vislumbrará en ella su vida... además de lo que necesita para disfrutar allí en Nepal Y que la traerá cargada con todo lo que precise aquí cuando vuelva.

Buen viaje T. 

 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Hay días...

Hay días en que te levantas con una mala sensación, como si supieras que no te va a ser propicio, que no te corresponde ese mundo que hay ahí, fuera... que tal vez no deberías ni asomarte...

Aún así la obligación del día a día te fuerza. Te levantas, vas a trabajar un día más. Asistes a una nueva representación en ese teatro absurdo que es tu trabajo. Intentas olvidar que no levantas España precisamente y te centras en las rutinas administrativas.

A la salida encaminas tus pasos a uno de los sitios de tu recreo, a lugares de reposo... Sonrisas, abrazos, besos y hasta un masaje facial. Pero el runrún sigue ahí, a la vuelta de la esquina de tu alma... acechando cada resquicio asomando en las sonrisas esquivas que intentas prodigar sin conseguirlo...

Pasos rápidos, mimos gatunos, un último vistazo a fotos del pasado que tanto han removido tus últimos días y te encaminas al taller donde reparan enlaces y vínculos, donde te guían en el camino hacia ti misma. Disfrutas construyendo una burbuja personal. Disfrutas debajo de una sábana, con los ojos vendados y escuchando a Ludovico. Al fin las lágrimas aparecen y caen mansas. Dejas salir la angustia que te está lastrando desde hace una semana. Y descubres que a pesar de que has querido ser Gulliver, allí, bajo el cobijo de la sábana, en los textiles límites de tu nuevo espacio personal empequeñeces hasta recuperar el tamaño de la persona que siempre has sido. El justo, el que no intenta abarcar lo que no puede.

A la vuelta, agotada de ese largo camino hacia ti misma, calmada al fin después de tantos días de nervios, piensas sonriendo que es un hermoso regalo quedarte contigo misma. Que no todo está perdido si eres capaz aún de reencontrarte y mimarte. Y una vez más, te comprometes con la vida, con esa sencillez que siempre has buscado, con esa calidez que emana de los sentimientos alegres...

En casa intercambias palabras, cariños y buenos deseos...  te ocupas de familia, amigas, pareja... y cuando te metes en la cama te dejas un minuto para disfrutar de la visita nocturna de Zoe y Lúa que se acercan para darte las buenas noches y que te dedican sus últimos weeee y miá respectivos.

En ese momento, cuando tus ojos pugnan por cerrarse presos del cansancio del día, es cuando recibes las últimas palabras... las que duelen, las que te recuerdan el presagio de la mañana, las que cierran con un portazo y te dejan temblando. Las que transforman sonrisas en tristeza.

Y es que hay días en que debería olvidarme del mundo y quedarme quieta bajo una sábana escuchando a Ludovico.


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