sábado, 8 de febrero de 2014

Cambios en el Kilómetro Zero


Tengo nuevos vecinos! El señor que vivía antes al lado mío y que se dedicaba a tocarme las narices todos los días los bongos a todas horas, llevaba bastantes meses en que apenas aparecía por aquí. Para el verano se mudó con gran deleite mío mientras le veía sacar todos los instrumentos de percusión que tenía. Y a primeros de año empezaron a venir los nuevos inquilinos. Se trata de una pareja joven. Me los encontré el día que hacían la mudanza y aproveché para presentarme.
Ya, ya sé que tenía que haberles preparado una tarta, como se hace en Estados Unidos pero no pudo ser.

Siguen un poco la estela de artistas que no sé por qué se concentran en el kilómetro zero que es mi comunidad. En este caso ella es diseñadora de vestuario o algo así. Pero me basta con que no toquen instrumentos musicales. La verdad es que estoy encantada. No hacen apenas ruido, no ponen música, no parece que tengan tele.... Y tienen dos gatos!!! El otro día cuando llegué a casa me encontré con que habían dejado una bolsita colgada del pomo de la puerta. Tenía varios ratoncitos de juguete para Zoe y Lúa y los acompañaba esta nota.



Para no variar, Lúa se puso a jugar encantada con los ratoncitos y Zoe aprovechó la ocasión para expresar sus necesidades y anhelos...



Lúa me tiene preocupada. Llevo tiempo diciendo que está en plena adolescencia, y como tal, pasa mucho tiempo viendo la tele (en vez de leer que es lo que tenía que estar haciendo!). Creo que ya os comenté cómo se quedó embobada viendo Ice Age y los daltos que daba intentando atrapar la bellota de la peli.

El otro día andaba viendo un documental sobre la selva y salía una inocente rana que en un momento determinado saltaba de la hoja donde estaba. Lúa, que la contemplaba fijamente hizo gala de sus reflejos y le pegó tal manotazo a la tele que de verdad parecía que habría dejado a la rana tipo calcamonía. Pero no, la rana continuó en el documental y Lúa mirando sin entender cómo había fallado su zas maestro.

Pese a estas gatunadas creo que no podría vivir sin ellas. La pequeñaja muerta de frío se cuela por las noches en mi cama y se pega a mí, mientras Zoe ronronea junto a mi hombro. Cuando llego a casa me las encuentro detrás de la puerta . Si me ducho me esperan subidas al lavabo o al water. Si me siento en el sofá y estiro las piernas, Lúa se tumba encima de ellas y Zoe se queda a un lado después de amasar las mantas... Si... somos familia. Y somos felices juntas. Eso no cambia en mi pequeño Rincón del Arco Iris..

6 comentarios:

  1. Pues qué suerte con los nuevos vecinxs... y qué "detallosxs". En vez de una tarta, un día le preparas unas croquetas de las tuyas, tan especiales y tan igualitas todas, con tinta de calamar, que son muy artísticas, jajaja.. y seguro que la diseñadora sabrá apreciarlas, no como otras, jajajajaja.. besitos y a ver cuándo nos vemos, muchacha. muach

    ResponderEliminar
  2. Qué guapo, y que bien los vecinos. Y razón le doy a Etcetera, llevarles las croquetas de calamar sería un puntazo

    ResponderEliminar
  3. Es una suerte tener buenos vecinos. Y Lúa y Zoe han conocido a sus vecinos?

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué majos los vecinos! ¿Tú no tocas el oboe? ¿Por qué no quieres vecinos musicales?

    ResponderEliminar
  5. Lo de Lúa intentando "cazar" la rana seguro que fue divertido jeje y . . . tener unos vecinos agradables y silenciosos no tiene precio!!!
    Un petó,

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails