martes, 24 de febrero de 2015

Abandono

Qué abandonado te tengo, blog... y qué abandonada me tienen a mí las palabras... Apenas llegan, ya no siento aquel cosquilleo, cuando pugnaban por fluir hacia los dedos y terminar desparramadas por el teclado, buscando un determinado orden. No el habitual de sujeto y predicado, sino el orden preciso de mis pensamientos y sentimientos.

No están. No llegan. Las espero paciente cada día y no acuden a su cita. Y me siento afónica. Sin voz. Sin capacidad para expresar. Sin inspiración. La duda es si esas palabras no llegan debido a la rutina o a la desidia, o tal vez a una falta de esperanza e ilusiones que me supera desde principios de año.

 Paso los momentos muertos repitiendo rudimentos de percusión. Me descubro tatareando ritmos y cortes de la batucada. Las notas han sustituido a las palabras pero no puedo entablar un diálogo con ellas. Diálogo.... diálogos...

Vuelvo mi vista a los proyectos que quedaron aparcados hace un par de años por falta de energías mías e implicación ajena. Tengo ganas de sacar adelante al fin esos proyectos tan asociados a la visibilidad de mi propia vida y del colectivo. Tengo claro que la cercanía de Alondra tiene que ver con esa necesidad y esas ganas.

Ella propone, dialoga, acuerda, apoya, actúa. Si, Alondra siempre está y acompaña con su voz y sus actos. Ahora más que nunca.


3 comentarios:

  1. La rutina, aunque a veces placentera, lleva a la desidia, al conformismo. A veces basta con un pequeño empujón para salir del bucle.
    Seguro que las palabras siguen ahí Chris, solo falta algo para que lleguen a tus dedos ¿quizás la luz de unas tardes más largas? Y es que ya estamos hartas de invierno!!!
    Mientras los sonidos parecen un buen vehículo para expresar los sentimientos.
    Una abraçada ;-)

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  2. Es una sensación que va y viene. Pero es un hecho innegable que cada vez hay menos bloguer@s. Hemos pasado de moda, qué se le va a hacer. Ánimo.

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  3. Es una pena (española) que la blogosfera se quede sin oxígeno pero así es, pero no dejes de respirar por ello. Escribir es terapéutico y no es una moda pasajera. Ánimo con todo.

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