martes, 1 de marzo de 2016

La vida cuando era mía

Aquí sigo, a trompicones desde hace meses. Aparezco y desaparezco cual Guadiana. Será mi sangre andaluza que a veces logra imponerse a ese Atlántico que vive dentro de mí.

Ni sé dónde lo dejé. Sólo sé que las movidas laborales se amontonan. Me restan muchas energías tratar de aunar criterios y mostrar lo que a veces veo sin esfuerzo. Al final me entran ganas de mandar a la mierda a la gente. Si algo estoy aprendiendo cada día es que la generación que va por detrás de la mía está llena de niñatos egoístas que son incapaces de pensar en lo común. Se mueven al grito de sálvesequiénpueda y mariquitaelúltimo. Para ellos la unión no hace la fuerza. La unión sólo hace el montón.

Para desengrasar de tanto mal rollo, me fugué la semana pasada al Mediterráneo.

En esta playa pasé hace años, uno de los mejores días de mi vida



Ella siempre me regala el mar. Esta vez no fue menos. Y como no pudimos arribar en el espigón (el lugar donde comencé a despedirme de Pena Mexicana y al que siempre siento la necesidad de volver), me llevó a una playa hermosa.
Quizá porque en mi interior sopla el vierto del noroeste, prefiero las playas en invierno. Casi desiertas. Escasamente habitadas por almas vestidas y peluditos juguetones.



Allí dejas que la marea juegue con tu acento y vuele tu alma. Contemplas el atardecer mientras la paz se posa en los rayos de sol que te alcanzan. Y te detienes a pensar en cuándo podrás volver. Inmejorables anfitrionas, estupenda presencia Juliganera y el mar...siempre el mar.

Lo bueno de esta compañera fiel es que a pesar de su balanceo, siempre hace que me ancle a la tierra y pueda dejarme anegar por los sentimientos o incluso las razones. Y al fin puedo poner palabras a esa sensación indeterminada que viene y va desde hace meses. Añoro la vida, cuando era mía. Y anhelo recuperarla.


13 comentarios:

  1. Sabes que el mar y nosotras te esperamos con el corazón abierto. Es tu casa y tu playa, a dónde siempre llega el mar....

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    1. Lo sé y lo aprecio como el regalo que sois. Ojalá pueda volver este año y disfrutar de vuestra presencia (y de tu fideuá también!!)

      Ays! que me pongo tierna...

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  2. Si esos momentos son tan escasos, algo habrá que hacer para que se vuelvan frecuentes. Un abrazo.

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    1. Venirse todas a vivir a Madrid??? Las que montaríamos!! ya, ya sé que no es posible.
      De momento la próxima tenemos que conseguir unas croquetas de sésamo! ;-)

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  3. Pues que sepas que estoy "twabahando en ellow" porque compramos sésamo el sábado y de esta semana no pasa que haga bechamel con jamoncito y huevo duro. Mandaré foto, si es que sale. Tuppers "con", no. :P

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    1. Malapersonahumana!!! Pienso hacer mis riquísimas e inmundas croquetas de chocos y os voy a inundar el facebú de fotos de ellas pa que babeeis cuales perritos de pavlov!!

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  4. Alasdemariposa: quién dijo aquello de no hay mal q cien años dure, ni cuerpo q lo resista?.
    Pues ánimo q ya vamos a dar paso a la primavera .no?.
    Nos va a sorprender.Nos tiene q sorprender!!!��

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    1. Me resulta increíble el cambio de la luz.... atardece más tarde y simplemente cuando llego del trabajo me dan ganas de quedarme en la calle... A ver si la primavera te oye. Tengo ganas de que me sorprenda!!

      Muacks!

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  5. Con lo que a ti te gusta el mar, como se te ocurrió nacer en Madrid???
    Para la reencarnación en un lugar cálido de Mediterráneo :-)
    Ánimo, que como dicen arriba, no hay mal que cien años dure.

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    1. Ay Rosa M! fue donde me tocó... Conste que vivo enamorada de mi ciudad aunque el Atlántico que me recorre tira de mí hacia el norte. Y es una pena porque hubo una remota posibilidad de que mis padres hubiesen vivido en Galicia... pero me tuve que conformar con que me llevaran a allí por primera vez con 7 días.
      No hay mal que 100 años dure ni cuerpo que lo resista!!! jajajajaja Sin problema, a mi ritmo de tortuga y ya está. No puedo hacer más.

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  6. Ahhh el mar.. ese remanso de paz. Yo aun siendo del norte he barajado muchas veces la posibilidad de mudarme junto al mediterráneo. Que suerte tienes de tener anfitrionas que te acogen allá. Seguro que allí las vicisitudes del curro se queda diminutas.

    Por cierto .... aun no vi Carol, y tu?

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    1. Amigas en cada puerto... ese es el secreto... gente maravillosa que te acoge Y así puedes vivir en el altiplano y disfrutar de lo mejor del mar.

      Carol? la he visto ya 4 veces y creo que hoy cae la 5 :-) Ya estás tardandooooooo!

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