domingo, 18 de julio de 2010

Historia de una Excalera (2ª parte)

- Hola ¿qué tal?                                       

Holaaaaa contesté mientras seguía escribiendo en el papel. Mi mesa de trabajo estaba al lado de la puerta y estaba ya muy acostumbrada a que la gente me saludara cuando pasaba. Pero por el rabillo del ojo vi que la mujer que me había saludado no se movía y levante perezosamente la cabeza hasta llegar a su cara.

Apenas daba crédito a lo que estaba viendo. Allí estaba Alex, la mujer con quien había tenido mi relación más larga y profunda. Lo habíamos dejado hacía más de un año y a pesar de continuar viéndonos en el trabajo no nos dirigíamos la palabra. El que nadie supiera de nuestra relación más que nuestros íntimos hizo relativamente cómoda aquella situación.

Y ahora, allí estaba, al lado mío. Protegida, eso si, por la mampara de cristal de media altura que había solicitado que me pusieran para aislarme un poco de tanto trasiego de personas. Me fijé en que estaba un poco más delgada pero fuera de eso, no había cambiado nada, al menos por fuera.

La miré fijamente preguntándome qué querría y le hice un gesto con las cejas para que continuara hablando.

- No se si te acuerdas de la escalera que te dejé para pintar la casa
- Si claro
- ¿La tienes todavía?
- Por supuesto
- Es que me gustaría recuperarla

Me quedé alucinada. Me pedía la escalera que llevaba en mi casa más de tres años. Reaccioné rápidamente.

- Claro, es tuya. Si quieres pasa a recogerla. Tienes mi teléfono? Llámame o envíame un mensaje el día que vengas para estar yo en casa y poder dártela.
- Ah pues voy este domingo. Te viene bien?
- Si, claro. Pon un mensaje diciéndome a qué hora vienes. Ah!! y ya puestas, trae mis cosas y así me las devuelves. Ya sabes, mis fotos, mis discos, sobre todo el de Craig Armstrong.
- Vale pues nos vemos el domingo.

Cuando se marchó me quedé un buen rato pensando en lo que había sucedido. Me parecía surrealista que me pidiera aquella escalera vieja y llena de pintura que durante dos años había estado evitando llevarse.
Esperé pacientemente el domingo sin ningún resultado. Por la noche, me llegú un mensaje de ella diciendo que no había podido venir y que lo dejábamos para el domingo siguiente.
Durante dos semanas más se repitió la misma escena. Llegaba el domingo y no venía. Después, un mensaje con una disculpa. Tras el tercer domingo no volví a saber de ella en algún tiempo.

Al cabo de otro año recibí un mail de ella En el correo me decía que quería recuperar la escalera ya que era un recuerdo de su madre, fallecida unos meses antes. La “excusa” me parecía muy fuerte. Era más bien un tedigoloquesea paraquenoteniegues. Como siempre, GuaSa y RoYo sacaron punta a la situación para echarle un poco de humor a mi mosqueo:

Es abogada, no? Pues dile que es un derecho adquirido y que si la quiere que te ponga una demanda.
Dile que no puedes dársela porque para ti es un recuerdo de un polvazo que echaste en su escalón más alto.
Dile que la utilizas para hacer el salto de la tigresa con todos tus ligues.
Dile que ya no la tienes, que la tiraste por el balcón y le diste a un anciano que pasaba por allí y que te van a meter en prisión por homicidio con el agravante de heterofobia. Que si quiere defenderte para quedarse luego con la prueba del crimen.
Esta tía no tenía pánico a que en el curro se enteraran de que entiende? Pues le pintamos cada escalón con un color del arco iris y le llevamos la escalera al curro. La dejamos en seguridad y pedimos que se la den

Al final imperó la cordura y la buena educación. Repetí la liturgia. Si, claro, puedes venir cuando quieras y blablabla....
Y de nuevo, durante varios fines de semana esperé en vano a que viniera a por la dichosa escalera. Sabía que en el fondo no tenía ovarios para presentarse en mi casa pero no entendía el por qué me pedía aquella escalera. Hubiera sido mucho más sencillo haber comprado una nueva en cualquier gran almacén.


- Hola pichurra cuánto tiempo!!
- Ya te digo. Desde que te marchaste al departamento de Extranjero no nos habíamos vuelto a ver.
¿Sabes que me trasladan a tu edificio en cuestión de dos semanas?
- Si? y donde vas a estar?
- En la primera planta, con los de Financiaciones.
- Joder.... con Alex.
- Sip, la voy a ver a diario.
- Qué pasó con aquella escalera que tenías? Se la devolviste?
- No. Y si se le ocurre volvérmela a pedir se la pongo de sombrero. Si te cuento, no le te lo crees.
- Anda, cuéntame, que ya sabes que estas historias me encantan. Has visto que van a hacer una edición especial de Gran Hermano? Se llama El Reencuentro. Van a meter a aquellas dos tías que tuvieron un accidente y después terminaron a hostias ¿te acuerdas? Pues lo vuestro va a ser igual. El reencuentro!! Oye, que aprovechando que vamos a estar otra vez en el mismo edificio quedaremos para desayunar no? Así me vas poniendo al día...

- Manu!!
- Qué tal Chris? ¿Cómo van las cosas por aquí?
- Bah! Ya sabes, como siempre. Con mucha presión para llegar al objetivo.
- Hija, pues como todos. Pero lo que me interesa no es el trabajo, sino que me cuentes. ¿Has visto ya a Alex?
- Si, claro. Me la encuentro todos los días. Cada vez que voy a la sala de descanso a tomar una coca cola tengo que pasar por delante de su sitio. Me cruzo con ella en los ascensores, saliendo o entrando de la oficina....
- Y qué tal? ¿Habéis hablado?
- No. En realidad ni nos saludamos. Nos miramos y es como si no nos conociéramos. Supongo que ella estña feliz. Así no corre el riesgo de que nadie la relacione con la lesbiana oficial de la empresa.
- ¿Pero, ni siquiera un saludo? Aunque sea por educación....
- Educación? La que ella no tuvo con todo lo que te conté de la excalera. Que ya hasta los objetos adquieren categoría de ex.
- ¿Y no te parece triste esta situación?

Me quedé mirándole a los ojos. Por un momento no pude evitar que mi cara adquiriese la amargura que sentía por dentro. No me costaba disimular que no la conocía. Pero me costaba muchísimo entender por qué dos personas que se han querido tanto pueden llegar a este tipo de situación. Dejé que la tristeza campara un momento a sus anchas y después me recompuse. Sonreí y le pegué un trago a mi coca cola.




 (Maitena)

7 comentarios:

  1. Muy simbólico, no?? No sé, para mí que tiene todas las pintas de no querer (o no poder) romper el vínculo que tiene contigo y de no saber cómo recuperarlo... sip, pidiéndote una escalera que nunca va a buscar e incluso haciéndose la loca en el curro. Cosas EXtrañas de la ex.

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  2. Oivadiós! Tanto lío por una escalera. Muy bien contada la historia, Chris.

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  3. Es una excusa la excalera de tu ex.
    Estoy con Morgana.

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  4. Amargura, tristeza...

    Por desgracia es demasiado frecuente que dos personas que se han querido terminen por ni saludarse.

    Bien narrado. Mantiene bien la tensión dramática.

    Una sonrisa.

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  5. Estoy con Alson y Morgana en que se trata de una EXcusa de tu EX. Y además me ha divertido la idea de devolvérsela en el trabajo con cada peldaño pintado de un color del arco iris jajajaja. Me ha encantado cómo has contado esta historia.

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  6. Madre mía, lo de las exes y la devolución de enseres es toda una odisea. Estoy con Candela: llévale la escalera al trabajo y que se la lleve en el metro. ¡Qué cutre es la gente!

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  7. Para tod@s....
    Cuando una ex te sale puñetera.... y me imagino que tod@s tenemos alguna en nuestro historial.

    Chicas, en mi caso intento ir a lo práctico. No sé el motivo de su comportamiento y tampoco quiero gastar energías en dedicarme a pensar por qué pide la excalera. Con el comportamiento que tuvo tanto en la ruptura como después se ha asegurado que ya no le de ninguna oportunidad. Y es una pena porque me consta que es una buena persona pero....

    Como siempre gracias por todos vuestros comentarios!!

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