domingo, 12 de septiembre de 2010

Huellas

Ayer subí a la sierra para ver a Sis. La idea hace un par de meses era hacer una barbacoa en su casa nueva, pero las obras se han retrasado mucho. Así que aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo y pasar a ver cómo estaba la obra.

Quise dejar mi huella en la construcción, para sentirme en cierto modo parte de la casa y me dio por firmar en los ladrillos. Soy consciente del punto "marcar territorio" que había implícito en lo que hice. Vamos, que si hubiese sido un perrito lo mismo levanto la pata y meo. Pero eso queda muy grosero, no? Voy a ponerme etérea.... en realidad era una necesidad primitiva de trascender. Hala!! ahí queda eso!
Eso si!! Yolanda y Sis se sumaron a mi gesto.


Salí contenta porque me enseñaron el lugar que va a ocupar mi habitación ¡! No os he contado que en las casas de mis amigos siempre hay una habitación para mí!! bueno, en realidad es una segunda habitación de múltiples usos que yo declaro mía...ejem...


Estuve intentando animar a Sis. Me metía con ella diciendo que tiene encima la crisis de los 40 ya que los cumple en un mes. Pero me temo que su bajo estado de ánimo es por algo más importante. 
Y ahora me pongo seria... Esto es para ti.

Nadie nos prepara para el sufrimiento de los padres. Como hijos, adoptamos el papel de menores, en cierto modo de niños.

Y un día, te encuentras con que debes asumir el papel que siempre han representado ellos. Debes cuidarlos, acompañarles y velar porque estén lo mejor posible. Debes atender su dolor, su malestar y hacer lo que puedas.

Lo malo es cuando no puedes hacer nada. Cuando sólo puedes asistir como testigo a la estación del pesar. Cuando contemplas la angustia y te rompe por dentro. Cuando descubres que tus padres son tan humanos como tú o más. Cuando alcanzas a entender que ha llegado el momento en que tú eres el adulto y ellos cada vez más niños…


5 comentarios:

  1. asistir a esa etapa en la vida de los padres es doloroso pero pasado el tiempo para mí fue una de las satisfacciones mayores de mi vida, porque estuve allí sin rajarme y porque gracias a esa estancia conocí a mi madre de una manera que mis hermanos no pudieron. Ojalá sea lo mismo para tu sis.
    Por otra parte, mamá dice que los cuarenta son los mejores años de una mujer, para ella lo fueron... yo susucribo que han sido los mejores de mi vida hasta ahora... por si de algo le sirve a tu sis :)

    besos

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  2. que piense en la ilusión de su casa nueva y en todas las posibilidades que traen los 40, que para mi fue como empezar a vivir otra vez, pero sin tonterías, jajajaaaaaaa. Lo de los padres, es duro, pero que los disfrute, estén como estén...

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  3. Te sorprenderías al saber cuántos años puede durar una huella escrita en algo de arcilla. Todavía se entrevé algo que escribieron para mí en una rasilla de arcilla cuando tenía tres años, un nombre. En cuanto a los padres... no tengo aún la experiencia de verlos cada vez más niños, pero sí cada vez menos vigorosos y en esa falta de vigor les asoma mucho más fuerte la parte humana y niña que no se permitían tener cuando la niña era yo.

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  4. Pena: aprovechando tu correo te contesto ahí. Gracias por tu comentario!!

    Farala: esa es la actitud, aprovechar los cambios y extraer lo bueno. Sobre todo cuando trae joyas tan "juguetonas" como Kali, no? :-P

    Candela: No sé por qué tengo esta necesidad de dejar huella. Ays!! será inherente a todos los seres humanos?

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  5. A mi la fase de los padres convertidos en niños me da bastante miedo, pero aún no he llegado.

    No sé como afrontaré ese papel después de haber sido la niña adulta que tuvo que hacerse cargo de sus padres en tantas cosas siendo tan pequeña.

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