domingo, 3 de febrero de 2013

En otra dirección


¿Alguna vez habéis sido conscientes del preciso momento en que os habéis enamorado? Tal vez paseando con una mujer, cogida de su mano, o mirándola a los ojos...o ni siquiera estando con ella...

Recuerdo que hace años, me enamoré de una ex mía una mañana de martes. Estaba sola, en mi antigua habitación, en la casa de mis padres. Tenía un papel en la mano con una nota que ella me había dejado en el trabajo y en el aparato de música sonaba una canción de Alejandro Sanz. Todo parecía normal pero de pronto Bum!! lo noté...el corazón se me disparó, a mil por hora, sentí escalofríos que me recorrían por todo el cuerpo y un millón de mariposas comenzaron a danzar en mi estómago con una coreografía preciosa...

Quizá no es ese el momento exacto en que te enamoras. Es sólo el instante en que te haces consciente de lo ya estabas sintiendo. ¿Creéis que es posible detener el amor? ¿Cerrar la caja de los sentimientos antes de que estos broten a borbotones?



Paseaba por las calles sintiendo que la ciudad estaba ahí para ellas. Los comercios habían cerrado y aunque los bares no estaban llenos había un bullicio propio del fin de semana. Caminaron sin prisa buscando un lugar tranquilo, alejado de ese ruido que se adentraba en los huesos como el frío de la noche.

Charlaban de forma despreocupada y reían. Al fin entraron en un bar y pidieron unas cañas. Se sentaron al fondo, alejadas del ruido. Ella le contó cosas de su vida, cosas que no había contado antes a nadie. Ignoraba por qué pero sentía confianza ante aquella mujer. Tal vez su voz o quizá sus gestos...la había conocido hacía apenas tres meses pero algo le sugería que podía abrirse en su presencia.

La miraba absorta mover la mano mientras hablaba y sintió deseos de cogerla pero se frenó. Esa maldita timidez...Sus ojos trazaban un camino que comenzaba en los ojos de ella, bajaban hasta su boca y finalizaban en el gesto de la mano. Por un momento se preguntó cómo sería besarla pero quiso alejar ese pensamiento de la mente y centrarse en la conversación.

Continuaron hablando y a pesar de que se sentía tan a gusto, poco a poco fue advirtiendo que la mujer tierna que tenía enfrente ni siquiera reparaba en la sonrisa de su mirada. Tal vez sus propios problemas le impedían descifrar el lenguaje corporal y los gestos cristalinos de complicidad que tenía delante.

Una vez en la calle caminaron hasta el punto donde se separarían. La despedida fue tan cálida como había sido toda la noche a su lado, pero una sensación de ambivalencia la inundaba. Sentía corrientes de electricidad que la recorrían mientras contemplaba a aquella mujer pero se dio cuenta de que había un cortocircuito entre ellas. A pesar de la ternura que destilaba, los ojos de esa mujer miraban perdidos en otra dirección.

23 comentarios:

  1. Respuestas
    1. jajajajaja Ya te digo!!

      Me alegro de verte por aquí :-)

      Besos!

      Eliminar
  2. Yo recuerdo unas navidades que no dejaba de pensar en quien fue mi primera pareja. No recuerdo el momento en que la conocí pero sí que quería que acabaran para volver a verla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El tiempo tan elástico y siempre haciendo la puñeta, eh?

      Eliminar
  3. Pero esos momentos de mariposas danzando son tan bonitos, que oye no habia direcciones comunes pero por un momento, qué maravillosa sensación...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La sensación de las mariposas es increíble...la echo de menos. Hoy andaba pensando sobre este tema y te puedes creer que desde el año 2.000 (fue cuando estaba leyendo la nota mientras escuchaba a Alejandro Sanz) "sólo" me he enamorado dos veces? Dos veces en trece años!!! Ya va tocando!

      Un besote Cerecilla!

      Eliminar
  4. Aaay, qué impotencia... Por qué nunca miramos adonde tenemos que mirar??? ;-)))

    Besos, Chris!!

    ResponderEliminar

  5. Tengo una amiga que me dijo una vez: cuando conoces a una persona que te gusta "más de lo normal", tienes un segundo para "escapar". Como dejes pasar ese segundo ¡estás perdida!.
    Me hizo mucha gracia porque las espantás que he hecho a lo largo de mi vida son antlógicas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ummmmm, Isa, el consejo me parece buenísimo, aunque me hubiera venido mejor saberlo hace unos días.

      Besos!

      Eliminar
  6. Bueno....No tendría que ser...y estar con algien que se dispersa a la mínima pues mejor seguir así....Pa disgustos, ya tenemos la vida.
    Plan enamoramiento Chris......ejem ejem
    Un besooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ver...que tampoco ha sido un disgusto...he aprendido a vivir algunas cosas con tranquilidad y eso me ayuda a que si no tiene que ser, seguir adelante.

      Sobre el plan de enamoramiento...creo que eso surge o no. Claro, que si no quedas con una mujer y no propicias un acercamiento y un conocimiento mutuo es difícil que te llegues a enamorar. Si, creo que eso es de 1º de educación sentimental.

      Besos Miss Pérez!

      Eliminar
    2. ¿En qué universidad se imparte la educación sentimental? necesito aprender sus principios, cada vez entiendo menos de todo..ufffff

      Eliminar
    3. Que cada vez entiende menos???? Eso si que es un disgusto Miss Pérez, que las cosas no están como para cambiarse de acera alegremente :-P

      Me refería a que un enamoramiento necesita de un previo conocimiento porque si no, tus sentimientos se pueden basar en ilusiones, cosas que has creído ver y que no son ciertas. Y esas ilusiones te generan expectativas que a la larga hacen que te decepciones y caiga en picado la relación.

      En la Fundación donde hice mi célebre curso y donde voy a comenzar otro específico para lesbianas en cuestión de 15 días, imparten educación sentimental.

      :-)

      Eliminar
  7. Yo no sé cuándo, pero recuerdo perfectamente el cómo. Y no eran mariposas, sino dragones de fuego que volaban por el estómago y que no se amainaban ni respirando hondo.
    Recuerdo el cómo, y muchas veces pienso que es triste que los dragones de fuego desaparezcan y se conviertan en cálidos y seguros murmullos.

    Cada dos años, por ejemplo, tendrían que despertarse y revolotear durante un par de semanas, para que nunca olvidemos..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dragones??? Miau!! qué genial tuvo que ser...

      bueno, yo sentí los dragones esos anoche...se me ocurrió probar una mostaza original de Dijon y los dragones pasaron de mi boca al estómago oooopppssss!!

      No, en serio, creo que cuando llegan los murmullos no es para siempre. De pronto pueden volver a aparecer los dragones. A mí me ha ocurrido en alguna relación larga!

      Qué ganas tengo de pillaros por banda para hablar. A falta de una "pena mexicana" que me de un zape, os necesito. Un abrazo, amiga. :-)

      Eliminar
    2. Es lo que tiene la mostaza antigua. Y qué ganas de estar ahí. Quedan 4 días

      Eliminar
  8. No hay nada que lo frene.
    Y tendría que tener como regla sin ningún tipo de excepción,mirar siempre en la misma dirección.

    ResponderEliminar
  9. No hay nada que lo frene.
    Y tendría que tener como regla sin ningún tipo de excepción,mirar siempre en la misma dirección.

    ResponderEliminar
  10. Sabes? Yo siempre digo (y digo demasiadas cosas, a veces...) que se trata de reconocer una mirada entre mil. Aunque haya miradas miopes, astigmáticas, daltònicas, vagas... siempre acaban reconociéndose.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  11. pues... yo creo que una si puede evitar enamorarse. Yo lo he hecho tres veces en mi vida con mujeres que aunque me fascinaran, noeran para mi. Y son mis amigas hoy día...
    Te quiero Chris, qué ganas de haber estado con ustedes ese finde...

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails