jueves, 21 de abril de 2011

En su propia piel

No lo habían hablado previamente, pero desde el principio hubo un acuerdo tácito de no tocarse. Simplemente se mirarían, dejando que sus ojos hicieran de manos, que el sentido de la vista y del tacto residiera en sus pupilas.

Ella tenía miedo. Era la primera vez que se desnudaba ante una mujer. Muchas veces había pensado en cómo sería el momento y lo cierto es que entre sus miles de fantasías nunca había surgido una situación como esta. Tampoco tuvo que pensarlo mucho. Después de casi 45 años por fin tenía la oportunidad y se sentía lo suficientemente cómoda. El miedo provenía más de no saber cómo reaccionaría Chris.

Llevaban días bromeando sobre la idea. Esa clase de bromas que esconden el temor a expresar en voz alta un deseo. Y de pronto ella decidió afrontar la situación.

¿Quieres que me la quite? le ofreció mientras cogía con delicadeza el pliegue de su oscura camiseta.

Chris apenas acertó a asentir con la cabeza. Con esa respuesta bastaba. Ella se fue levantando lentamente la camiseta dejando al descubierto su piel tostada. Después con un movimiento que delataban sus nervios se desabrochó el sujetador. Desnuda. Su primera vez...

Cogió el bote de crema y se echó en la mano. Suavemente fue deslizando la mano. Primero el antebrazo, el codo, la zona del biceps y el triceps y terminó en el hombro. Rrpitió la operación con el otro brazo. No podía despegar la vista de la cara de Chris, atenta a su reacción. Le miró a los ojos y la vio con las pupilas dilatadas siguiendo con absoluta atención sus suaves movimientos. El miedo se transformó en una confianza que rápido alcanzó su corazón.

Así que esto era...pensó. La sensación de desnudar tu cuerpo y tu alma por primera vez ante una mujer...
Sintió una calidez que emanaba de su vientre y ascendía por su pecho. Siguió frotando delicadamente la crema por su cuello. Prestó especial atención a la parte de atrás. Pronto la rigidez dio paso a la flexibilidad. Echó la cabeza hacia abajo. Por un momento dudó si al subirla encontraría a aquella mujer aún ahí o habría desaparecido. Levantó la vista para descubrir que Chris seguía al otro lado. Podía oir perfectamente su respiración pausada. Recuperó en su mente el olor a la colonia de Calvin Klein de Chris.

Mientras frotaba firmemente sus hombros jugó a cerrar sus ojos. Dejó que su imaginación volara pensando que eran las manos de Chris las que masajeaban sus cervicales y trapecios. Podía sentir el olor de la colonia y la dulzura que le adivinaba en los movimientos
Regresó a la realidad para recuperar esa sensación de plenitud y armonía entre su interior y exterior.

De nuevo llenó su mano de crema. Al tocar la parte superior de su pecho fue consciente de que su anatomía no seguía los cánones imperantes. Sus pechos voluminosos mostraban las consecuencias de haber amamantado bebés, algo que la hacía sentirse orgullosa. Deslizó su mano entre ellos para después acariciarlos mientras notaba como su piel agradecía la crema absorbiéndola.

Chris no podía apartar la vista. Hasta entonces había aprendido que aquella mujer era libre, no se plegaba a los gustos, los deseos las expectativas o las exigencias de los demás. Descubrió que además obviaba los mandatos sociales del culto al cuerpo y que esa alegría de vivir que la caracterizaba se reflejaba en cada pliegue de su piel. Sabía que no hacía falta tocarla para trasmitirle con su mirada el deseo que la llenaba.

Ella dejó el bote de crema. Se quedó mirándola a los ojos y al fin, después de casi 45 años, descubrió el significado de la sensualidad en su propia piel.



9 comentarios:

  1. qué curioso (y qué dificil) que te hayas colocado "del otro lado", a mi me es tan dificil tomar la voz narrativa de alguien que no sea yo...

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  2. Y eso también es amor!

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  3. A ver si empiezas a agilizar el asunto porque las que estamos en la escalera haciendo cola nos empezamos a impacientar.
    Firma: La tercera de la fila.

    pd. la segunda de la cola empieza a enloquecer después de leer tu post.

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  4. Que historia más hermosa Chris, en ella se puede sentir la magia de un encuentro que nace de un amor sin egoísmos, sin prejuicios.
    Puedo percibir el grado dulce de intimidad que han tenido, eso es algo que no toda las personas lo consiguen, el relato esta adornado con la valentía que sale solo del corazón y que se transforma en sensualidad, algo como esa mariposa azul, que antes fue capullo, para luego ser una bella mariposa que proyecta el alma de los amantes.
    Me ha encantado tu historia, se te nota feliz y a gusto, disfrútalo!
    Un beso guapa!

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  5. Ah! olvide decirte que no desatiendas la cola, me ha hecho mucha gracia el comentario de la chica del tercer puesto en la fila de espera.
    Si no puedes con todas... comparte!!!
    un beso!

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  6. hermoso y sensual relato... vívelo!!!!!

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  7. Muy sensual...
    besos Pilo

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