¿Creéis en las coincidencias? Yo no puedo decir que si ni que no. A veces tiendo a pensar que existen, tal vez como protección hacia mí misma. Me protejo contra cierta tendencia a la pasividad que pueda surgir del dejarse llevar porque todo va a suceder de un modo determinado.
Pero lo que me ha ocurrido desde que empezó el año me demuestra que no, que las coincidencias son demasiadas como para que se den al azar. Con esto no quiero decir que exista un destino, pero en ocasiones siento que el universo va encajando piezas. Eso es. La sensación que tengo es que mi vida es como ese juego que odio, el tetris. Y que hay piezas que se van encajando solas. De vez en cuando soy capaz de hacer una fila por mí misma. No sé si al hacerlo el resultado es que se eliminan partes negativas o consigo puntos, o dejo espacio para que el resto de las piezas encuentren y ocupen su lugar.
Vaya, qué abstracto queda todo. Pero en mi cabeza, que no ha dejado de dar vueltas desde que volví de Granda, todo cobra sentido.
Comencé el año con una nueva ilusión, con un objetivo claro, incluso con un pico de buen rollo con una persona determinada. Al cabo de pocos días falleció la madre de Sis.
Hace un par de semanas, el pico de buen rollo se vino abajo por completo. Había apostado y perdí. El juego había acabado y supe que se cerraba un ciclo de mi vida por completo. Curiosamente, la posibilidad de bajar a Granada a conocer a Candela y a Pepa se había concretado el día antes de que todo acabara.
Al día siguiente de decidir cerrar ese ciclo falleció el suegro de Sis, una muerte anunciada pero sin fecha prevista.
Mi hermana evitó decírmelo porque sabía que me encontraba mal y que necesitaba irme al sur. Me llamaron el sábado por la mañana para decirme que el buen hombre ya estaba incinerado. Por mi parte, no quise comentarlo con Candela, Pepa o Mercedes por no aguar el finde. Pero curiosamente, Candela se empeñó en ver el sábado por la noche una peli japonesa titulada “Despedidas” que versa sobre nuestro trato con la muerte.
Volví de Granada con la certeza de haber acabado con un ciclo y la tristeza de no haber podido hacer un buen cierre.
Volví de Granada enamorada de tres gatitos estupendos, cada uno con su personalidad y con la ilusión de incluir a alguien nuevo en mi vida, un amigo pequeño y peludo a quien cuidar y que a su vez me cuide.
Volví de Granada con una sensación tierna y dulce sin saber exactamente el motivo, pero sospechando que aunque había cerrado una puerta se había abierto un gran ventanal ante mí.
Y volví de Granada con unas palabras que se repetían en mi cabeza...espacio, tiempo, ritmos corporales...y con pares de opuestos... finales y principios, fusión y separación...
Bueno, si se ha cerrado un ciclo, echa la llave y tírala bien lejos. Ahora empieza otro ciclo vital para ti. A ver qué te trae. Yo te envío ánimos.
ResponderEliminarQuerida Chris, creo que lo estás haciendo genial y que vas a buen ritmo, las cosas buenas no se consiguen de forma fulminante. Pienso que necesitan esfuerzo y tiempo, y te lo dice una impaciente que la ha cagado muchas veces por quemar la mecha incluso antes de tener el mechero. La columna de tu tetris la estás forjando tú y vas al ritmo adecuado para que no llegue un game over hasta que tú no quieras. Besos.
ResponderEliminarAhhhh, ahora voy entendiendo!
ResponderEliminarTómate tu tiempo, tu espacio y tu respiro. Y ten por seguro que los peludillos de 4 patas serán imprescindibles en tu vida y le darán color y calor.
Los bichejos peludos como los que tenemos ahora y los que ya no están forman parte de los mejores compañeros de mi vida. He pasado horas entendiendo sus mensajes de dar más que de recibir y ellos escuchando mis rollos a solas, sin quejarse ni un segundo. No sé cómo hay quien quiere hacerles daño...
ResponderEliminarLos ciclos de mi vida casi siempre los he empezado cambiando cosas físicas como la casa o la disposición de los muebles o las plantas. Hasta el cambio de trabajo ha coincidido con cambios de ciclo. A mí me gustan esos cambios, es como sentirse nueva, como si fueras otra persona que querías ser y no te atrevías. Anímate a empezar el nuevo ciclo con una piel nueva y tirando lastre para ir más ligera :))
Te digo lo mismo que Candela. Los ciclos de la vida los empezamos nosotras. Así que a dejar atrás el lastre que no nos deja avanzar y a por todas, despacito, pero a por todas.
ResponderEliminarUn beset.
yo no creo en la casualidad, sí en la "causalidad"...la vida se sucede en cascada, no hay acontecimientos que no vengan provocados por nuestra actitud, nuestras decisiones, nuestras acciones o no-acciones, sean conscientes o inconscientes.
ResponderEliminary también creo en los ciclos, imprescindibles para seguir avanzando, creciendo, aprendiendo.
si sientes que ha llegado el fin de uno, es que es así...y ese fin es el inicio del siguiente.
asi que feliz inicio de ciclo :) sientes así como vértigo, no?
un beso
Renovación, recomienzo, cambio, revolución, evolución , o como decía una sabia amiga, "rebirthing". ¡¡¡ADELANTE!!!
ResponderEliminar