Celebrando la vida

Este año no he escrito nada por el 8 de marzo. La razón principal es que ayer tuve un día muy complicado por temas familiares y laborales. Para cuando me pude relajar era tal el agotamiento de cabeza que fui incapaz de ponerme con el blog.

Tampoco asistí a la concentración en Madrid. Me hubiera gustado, sólo (si, con tilde, porque yo lo valgo) por sentir la sinergia de todas las mujeres que se juntan y celebran años y años de lucha y lo conseguido hasta hoy. Ayer leí algunos blogs con tonos pesimistas en cuanto a lo que queda todavía por pelear y conseguir. Es cierto que la situación sigue siendo muy difícil para todas las mujeres del mundo sin excepción. Pero, tal vez de forma equivocada, creo que el 8 de marzo además de tener ese espíritu reivindicativo, debe imbuirse de cierto aire festivo. Tenemos otros 364 días cada año para continuar con nuestra lucha. Relajémonos aunque sea un día.

El caso es que yo celebré mi propio 8 de marzo por anticipado. Recibí una propuesta para calentarme con las llamas de la chimenea de Candela y Pepa. En un alarde de valentía que hasta ahora desconocía en mí me animé y me planté en Granada este fin de semana, atraida por la propuesta del calor de la chimenea. Lo que no me habían contado antes de llegar es que no me haría ninguna falta la chimenea porque con la calidez que desprendían las anfitrionas bastaba para sentirte más que a gusto. Súmale a eso una adolescente encantadora y 3 gatitos que me enamoraron desde el primer momento.

Mención aparte merece Mercedes. Con esa forma tan sencilla y directa de compartirse, con esa fina ironía y esa risa fácil. Ella me demostró que hasta en el Paseo de los Tristes puede aparecer mi sonrisa si la compañía del sol y de una mujer tan interesante se empeñan.

La experiencia granaina me ha servido de catarsis. Me ha puesto las pilas, ha dejado que saliera mi yo más juguetón y hasta cariñoso. Con deciros que cambié el billete de tren para irme un día más tarde!!!!

Si tengo que buscar un pero a este fin de semana es que se me ha hecho muy corto. Me hubiera gustado compartir más ratos de charla con Candela porque esta Maestra granaina es de las que te enseñan aún cuando no te están dando lecciones. En mi recuerdo quedarán las anécdotas de juventud al calor del brasero y su imagen en pijama con las piernas subidas encima de la chimenea que no publico por no dañar su imagen de mujer formal (ejem, ejem).

Junto a Candela, Pepa, Mercedes y en menos medida Lex he tenido la oportunidad este fin de semana de celebrar la vida, de rodearme de mujeres maravillosas y de llenar mi alma con la calidez que cada una a su manera desprendía. Gracias chicas!!!! ¿Nos vemos en Madrid?