El salto de la Tigresa

Como una madre primeriza. Así me siento. Me he ahorrado los dolores del parto pero desde hace una semana tengo en casa a alguien que apenas me deja dormir, a quien trato con todo el cuidado del mundo y por quien ya siento un cariño enorme. 

En estos días ha sabido ganarse mi corazón. Me ha hecho sonreir y reir a carcajadas. Eso si, todavía nos queda mucho camino por recorrer para conocernos mutuamente. De momento ella no logra conectar con mis estados de ánimo.

Andaba yo la otra noche a lágrima batida charlando con una amiga y pensé...ahora es cuando llega ella y hace algo para que me sienta mejor. Pero no. Siguió tumbada tan ricamente. Supongo que necesitamos más tiempo.

Las primeras noches han sido difíciles. La primera noche apenas durmió. Creo que extrañaba su antigua casa. No paraba de ir pasillo arriba, passillo abajo. Y yo, me levantaba cada dos por tres, pendiente de si necesitaba algo.

La noche siguiente optó por subirse a mi cama. Ah no!! eso si que no, que cuando tenga alguna visita femenina no nos va a dejar tranquilas. La bajé varias veces y la puse en la camita que la he comprado. Pero daba igual. En cuanto apagaba la luz se volvía a subir a la cama. Al final me vencieron ella y el cansancio. Bueno, que se quede. Mañana ya veré...

Y pensé...Ya está! esta noche cierro la puerta y aunque maúlle, aunque rasque la puerta, aunque lloriquee, me mantengo firme. Tiene que aprender que la cama es mía!! 

Así lo hice, cerré la puerta y me eché a dormir tranquilamente. No sé qué hora era cuando noté que algo caía encima mío y desperté con un susto de muerte!!

Entre mi habitación y el salón hay un vano. Se subió a él y desde allí saltó el metro y medio que lo separa de mi cama haciendo el salto de la tigresa...Aterrizó perfectamente entre mis piernas apoyando sus patitas delanteras en mi vientre.

Joder!! tantos años esperando para que alguien me repitiera el salto de la tigresa y tiene que ser Zoe ... Inciso...recordadme que os cuente otro día cómo fue la única vez que una mujer me ha hecho el salto de la tigresa y las malas consecuencias que trajo la noche de marras.

En fin, que ahora duermo con la puerta de la habitación abierta, que dejo que se suba a la cama, (me he enterado que dormía con su antigua dueña), que la agradezco que se quede a los pies de la misma y que por la mañana venga a despertarme frotando su cabecita contra mi cara.

Le había dicho a la amiga que me la ha cedido que la tendría en casa unos 15 días para ver si nos adaptábamos la una a la otra y después decidiría si me la quedaba. Pero lo cierto es que Zoe se ha instalado cómodamente en mi casa y en mi corazón desde el segundo día y ya no tengo que decidir nada...

PD: Lenteja...me vendrá genial ese correo con expertos comentarios gatunos. Gracias!! Y a las demás amigas/dueñas de gatos...si queréis alumbrarme con vuestra sapiencia, cualquier consejo será bien recibido!!