jueves, 21 de mayo de 2015
A solas con Therese
Hacía tiempo que no lo sentía... la querencia urgente, la necesidad de arrancar minutos al día para tener un pequeño espacio en el que aislarme con un libro.
Si. Porque muy de vez en cuando, un libro me toca de tal manera que necesito seguir leyendo... lo absorbo, prácticamente me lo trago en un frenesí de pasar hojas, de empaparme de la historia, de avanzar con ella... y cuando no encuentro ese tiempo libre, cuando mi vida está ocupada por la rutina del trabajo, o por los momentos que comparto con otras personas... tengo el mono de agarrar de nuevo el libro. Rememoro los fragmentos que más me gustan, me deleito con las imágenes que me provoca y evoco sin cesar esas sensaciones físicas y realmente vividas que me anegan.
Carol... El precio de la sal.... Carol no es un libro. Es mucho más que eso. Carol es un sentimiento, es un momento de mi vida, cuando aún creía que todo era posible. Carol son tardes cálurosas y llenas de luz como entonces. Porque tuve la inmensa suerte de que mi hermana me regalara el libro hace 20 años. No recuerdo de qué manera lo descubrió. Me habló de él y me lo terminó regalando mientras depositaba en mis labios la bella pronunciación del nombre de la protagonista.
Y Carol me poseyó. Se adueñó de mis ensoñaciones como lo está haciendo de nuevo ahora. A través de sus páginas recreé los prolegómenos de una relación. Desde entonces, es la parte de mis relaciones de pareja que más me gusta... cuando todo flota en el aire justo delante de mí y nada se ha dicho. Cuando cada gesto no es casual. Cuando la levedad refleja tanta intensidad que apenas puedes respirar.
Y ahora, después de 20 años, las sensaciones son muy parecidas. Vuelvo a imaginar una flecha atravesando el cielo por primera vez. Vuelvo a ver unas manos extendidas y alguien que llueve sobre mí. Y vuelvo a volar a través de su noche de estrellas de agua.
Me emocioné cuando supe que Todd Haynes había dirigido la película. No podría haber un director mejor para esta historia. Y aunque suene extraño, no soporto la espera para verla. Siento la misma necesidad de ver ya la película, que de seguir zambulléndome en sus páginas estos días. Cuando llego a casa, cierro el libro y me reincorporo a la vida con la ilusión de encontrar otro momento para quedarme a solas con Carol y Therese.
Porque hay historias que se te incrustan en el alma y ya no te abandonan nunca. Te siguen provocando un torrente de emociones aunque hayan pasado 20 años desde que las descubriste.
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Después de leer tu post, me encontré con esta frase:
ResponderEliminar"Estúpido es creer
que el regalo
está dentro del paquete,
siempre, siempre, siempre,
son las manos
que lo entregan."
Yo diría más, las que lo escriben y, a veces incluso, las que lo reciben.
Saludo!!!!
Para mí el contenido siempre ha sido lo de menos. Hay regalos que me han hecho una ilusión tremenda como postales, chapas, imanes o una botellita con agua de mar traída expresamente para mí desde el Mediterráneo...
EliminarBueno, sólo falta ver cómo les ha quedado la peli, que no es fácil mejorar un libro. Sólo conozco dos casos de pelis mejores que el libro: Cabaret o Adiós a Berlín de Isherwood y Testigo de cargo. Cruza los dedos.
ResponderEliminarPara mí, dos ejemplos "recientes" El paciente inglés y Los puentes de Madison.... Confío en Todd Haynes... Lejos del Cielo me parece muy buena y es un maestro en el arte de contener emociones, que básicamente es lo que subyace en Carol
EliminarEstreno a finales de este año, ¿no? Pues genial. Pero tengo que leerme el libro primero. ¡Gracias! Muy alentador el post...
ResponderEliminarA final de año???? No puedo esperar tantoooooooooooo
EliminarTienes ebook? Si lo quieres, mándame mail :-)
Tendríamos que hacer una quedada para ir a verla, porque no eres la única con esa sensación de necesidad. Cuando lo leí, recuerdo que ya había leído un par de libros de temática y creía que eran geniales....ni punto de comparación, niñerías eran aquellos. Carol esta a otro nivel.
ResponderEliminarTuki, me parece buena idea!!! Organicemos una K-rolquedada!!!
EliminarYo también había leído algunas novelitas ñoñas. Fue el primer libro serio y lleno de matices. Y lo más importante.... con final feliz!!!
Alasdemariposa: la estrenan en enero no?.
ResponderEliminarGanas ya!.
en enero???? cada vez me lo retrasáis más!!! Sois conscientes de la angustia que me estáis provocando???? Agh!!!
Eliminar"... cuando aun creía que todo era posible" Uff. Qué bien me viene reflexionar sobre ello. Y cómo me alegra poder sentir, a través tuyo, esa ilusión. Impedir que lo cotidiano corte nuestras alas y que el optimismo barra cualquier poso de amargura. Gracias, Chris, bonita.
ResponderEliminarPiedra.
Qué bueno saber que mis palabras provocan reflexiones y ayudan aunque sea por un momento a sonreír. Gracias a ti, Piedra, por comentar y trasmitir lo que has sentido. Me he emocionado al leerte. Un abrazo!
EliminarPor una vez suscribo toooodas tus palabras y sensaciones, Chris. El libro también cayó en mis manos por casualidad, lo leí y me atrapó, modificando mi vida sin ruido. He escrito algunos posts sobre él porque me marcó como dices tú.
ResponderEliminarDe los pocos de Patricia que me gustan, por cierto. Magistralmente definido lo que se siente viviendo esa experiencia.
Y tampoco aguanto la espera para ver la película... :( Grrrrrr.
Abrazos.
Por una vez... y sin que sirva de precedente???? jajajaja Me ha hecho gracia el inicio del comentario. Me alegro de saber que hay tanta diversidad como para que el resto de las veces no estés de acuerdo conmigo en las cosas que cuento :-)
EliminarNo he leído nada más de Highsmith, no me gustan las novelas policíacas o de misterio, no es mi tipo de literatura.... pero si, esta mujer dignificó el amor entre mujeres al mostrar que podemos tener finales felices (más bien continuaciones).
Gracias por comentar. Un abrazo.