viernes, 20 de septiembre de 2013

Reencontrarme


Quizá todo comenzó esta mañana cuando al salir de casa vi la luna llena más impresionante que he visto en muuuuchos meses. Como tantas veces desde que era niña, me quedé embobada mirándola, abstraída por la luz que reflejaba, perdida en su halo anaranjado...

Su sola presencia me hace recordar tantas cosas acerca de mí misma...  Me puse los cascos con la música alta para espantar el dolor de pies. He descubierto que cuando alguno de mis sentidos está saturado no puedo prestarle atención al dolor, así que... bien por esa percusión y esos crescendos que me hacen olvidar que camino.

De tarde, un paseo tranquilo hasta la biblioteca... disfrutar de la luz y la temperatura de estos días... rememorar palabras, risas y abrazos... sentir que es el momento de pensarte, de escucharte y ser capaz de ir separando el grano de la paja en ese silencio que a veces te acompaña.

Pensarte... si... es casi un lujo. Sentir que estás preparada, dedicarte ese tiempo para analizar y reflexionar sobre lo que ha ocurrido las últimas semanas y llegar a conclusiones que aunque a veces no gustan están ahí... atravesar... atravesar los miedos y de nuevo encontrarte con quien eres. Reconocerte en la calidez de la tarde, en el árbol que ves por vez primera, en la madera del suelo que piso, en la calle que recién descubres y bajas... reconocerme en ese bienestar que alcanzo en raros momentos y quedarme... reencontrarme.

Luna, Andrés Suárez, sol, abrazos, palabras...

Reencontrarme.

martes, 17 de septiembre de 2013

Madrid y tú


De nuevo hoy he paseado por esa ruta... que no por conocida me gusta menos... Plaza Mayor, mercado San Miguel, Santiago, calle Espejo, Lazo, Unión, Ramales, la Almudena y la muralla árabe... ese trazado tan unido a nuestra breve historia, un camino jalonado de pensamientos y hasta algún beso

En la Librería la música me ha llevado a un estado semi feliz y entre libros, abrazos y palabras brotaban las ganas de encontrarte a la vuelta de alguna línea, en el recodo de un párrafo....

Por el camino, un cielo rojizo con alguna nube pasajera... y la presencia furtiva de una luna brillante...

Hoy Madrid estaba preciosa. Sólo faltabas tú.


Arcos en el Patio de la Armería
 
 

Explanada del Palacio Real


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Cambio de estación

Son días raros... oscuros y tristes. En el afuera y en el adentro. Hoy Madrid ha amanecido gris, con nubes densas, tal cual las que me pueblan en los últimos días...




Me repliego sobre mí, me encierro y me anclo a los silencios. Se me terminan las palabras y ya ni creo en las canciones. Mi ánimo es tan precario como mi caminar. La fascitis plantar me tiene alojada en un dolor que me despierta de noche y aunque procuro obviarlo, está ahí, bloqueando mis pasos. Siempre he intuído... y de un tiempo a esta parte lo percibo con claridad... que mi cuerpo físico refleja bien mi estado interior. Mis pies no pueden caminar y yo me siento parada, incapaz de moverme, temiendo que cualquier paso haga que me caiga.



Echo de menos a algunas personas y quizá hasta me echo de menos a mí. Alivio mis momentos de ansiedad con lecturas preciosas que me han regalado. La última transcurre en Nueva York. Y vuelvo a allí



Como en ensoñaciones, en mitad del trabajo, en el metro o incluso la calle, me veo caminando por sus calles, subiendo por la 2ª Avenida, acercándome a la ONU o recorriendo la calle Mullberry. Entro en Central Station y me siento en sus escaleras contemplando el ir y venir de las personas. Rehuyo el bullicio de Times Square y me adentro desde Battery Park hacia los campos de juegos donde los niños y padres echan pachangas de baloncesto ajenos al hormiguero que hay al otro lado de la autopista.



Cierro los ojos intentando desconectar de esta realidad anodina. Al abrirlos encuentro otoño.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Reencuentro

El andén estaba vacío. Habían vuelto a subir las temperaturas y preferí quedarme en la zona de sombra. Aún faltaban 10 minutos para que llegara el tren.
Dejé que mi mirada se posara en el infinito del raíl. Esa linea que se alargaba hasta el horizonte. Supongo que buscaba el objeto que me anunciara tu llegada pero aún nada.



Por las escaleras descendieron un niño pequeño y su padre. El niño parloteaba nervioso. Supuse que sería la primera vez que venía a buscar a alguien a la estación.

Para mí no era la primera vez. Me gusta el ritual de ir a buscar a las personas que aprecio. Pero en esta ocasión había un matiz diferente. Era la primera vez que iba a buscarte a ti. Y tú, no eres una foránea... simplemente volvías a casa.

Vislumbré el tren en la lejanía y poco a poco se fue acercando. Recordé aquella proyección de los Lumiere. La reacción de los asistentes que salieron huyendo del tren que se les venía encima, contrastando con las ganas que tenía yo de arrastrar la máquina para que llegara antes.

Cuando comenzaron a descender los viajeros fijé mi vista, tratando de reconocerte. Mis ojos iban de cabeza en cabeza buscando entre los huecos que dejaban las personas que se aproximaban a mí. Vi algo que me llamó la atención y me adelanté para descubrir las rayas rojas de tu camiseta... Al momento vino a mi mente la imagen del libro que tengo en casa de un brazo rayado acariciando a un gato y cómo lo asociamos a ti.

Historia de Mex, de Max y de Mix.

Si.... Apareciste allí, entre el grupo que avanzaba, con tu sonrisa intacta y tus ojos semicerrados, en ese gesto que recordaba vivamente.
Nos acercamos y al fin pudimos abrazarnos. Ya no supe nada más de los que nos rodeaban. Olvidé el mundo que tenía alrededor y sólo existía nuestro abrazo.

Empezaste a hacerme preguntas y presa de esa timidez que me asalta cada vez que paso tantos días alejada de ti, era incapaz de responder. Sólo te miraba mientras preguntabas y me besabas.  ¿Cuánto tiempo transcurrió? No sé si fue un minuto, o dos, o cinco.... sólo te miraba tratando de apresar tus gestos, contemplando tu corte de pelo, tu piel tan morena, la circunferencia de tu muñeca... disfrutando del tacto de tus manos frías mientras me contabas lo alto que estaba en aire acondicionado en el vagón.

Al fin nos desasimos y comenzamos a andar para salir de la estación. De camino a tu casa, iba pensando que no quiero que te vayas tan a menudo pero que me encanta ir a buscarte y verte descender del tren.



domingo, 1 de septiembre de 2013

Palabras nuevas


Creo que el virus veraniego se ha llevado mi capacidad para expresarme. Ando estos días anclada en silencios, tratando de asimilar los últimos acontecimientos e intentando escucharme. Temo el momento en que por fin consiga hablar...


Mientras tanto, me enamoro de palabras que no conocía...

komoreby es la palabra japonesa que se emplea para describir la interacción que se da entre la luz de los rayos de sol y las hojas de los árboles a traves de las que se filtran...

Los mejores momentos de la rutina escolar de mi niñez se producían durante mi vuelta del colegio. El autocar me llevaba por un paseo arbolado y en primavera el sol se filtraba entre las hojas. Cerraba mis ojos y dejaba bailar ante ellos los juegos de luces y sombras...


mangata es una palabra sueca que describe el precioso reflejo de la luna sobre el agua del mar y que semeja un camino.


 


Y estas dos nuevas palabras las he aprendido a través de este blog al que he tenido el placer de asomarme...  el blog de Maptia
Related Posts with Thumbnails