Dejé que mi mirada se posara en el infinito del raíl. Esa linea que se alargaba hasta el horizonte. Supongo que buscaba el objeto que me anunciara tu llegada pero aún nada.
Por las escaleras descendieron un niño pequeño y su padre. El niño parloteaba nervioso. Supuse que sería la primera vez que venía a buscar a alguien a la estación.
Para mí no era la primera vez. Me gusta el ritual de ir a buscar a las personas que aprecio. Pero en esta ocasión había un matiz diferente. Era la primera vez que iba a buscarte a ti. Y tú, no eres una foránea... simplemente volvías a casa.
Vislumbré el tren en la lejanía y poco a poco se fue acercando. Recordé aquella proyección de los Lumiere. La reacción de los asistentes que salieron huyendo del tren que se les venía encima, contrastando con las ganas que tenía yo de arrastrar la máquina para que llegara antes.
Cuando comenzaron a descender los viajeros fijé mi vista, tratando de reconocerte. Mis ojos iban de cabeza en cabeza buscando entre los huecos que dejaban las personas que se aproximaban a mí. Vi algo que me llamó la atención y me adelanté para descubrir las rayas rojas de tu camiseta... Al momento vino a mi mente la imagen del libro que tengo en casa de un brazo rayado acariciando a un gato y cómo lo asociamos a ti.
Historia de Mex, de Max y de Mix. |
Si.... Apareciste allí, entre el grupo que avanzaba, con tu sonrisa intacta y tus ojos semicerrados, en ese gesto que recordaba vivamente.
Nos acercamos y al fin pudimos abrazarnos. Ya no supe nada más de los que nos rodeaban. Olvidé el mundo que tenía alrededor y sólo existía nuestro abrazo.
Empezaste a hacerme preguntas y presa de esa timidez que me asalta cada vez que paso tantos días alejada de ti, era incapaz de responder. Sólo te miraba mientras preguntabas y me besabas. ¿Cuánto tiempo transcurrió? No sé si fue un minuto, o dos, o cinco.... sólo te miraba tratando de apresar tus gestos, contemplando tu corte de pelo, tu piel tan morena, la circunferencia de tu muñeca... disfrutando del tacto de tus manos frías mientras me contabas lo alto que estaba en aire acondicionado en el vagón.
Al fin nos desasimos y comenzamos a andar para salir de la estación. De camino a tu casa, iba pensando que no quiero que te vayas tan a menudo pero que me encanta ir a buscarte y verte descender del tren.
y la ternura de atisbarte escondida detrás de una columna... :-)
ResponderEliminarJo, que no me escondía... que es que soy tímida!
Eliminar:-))
Qué lindo y tierno!!! No puedo decir más. Besos y rebesos
ResponderEliminarEtcetera
Muchas gracias ETC... y el momentazo abrazobeso, que yo creo que se le hubieran caído las lágrimas y las velas a la mismísima Isabel Gemio jajajaja
EliminarMuy bonico.
ResponderEliminarCada momento tiene lo suyo bueno, el estar juntas y la espera del poder estarlo.
uy Nosu... la espera si es breve es buena y dos veces buena... pero cuando te vas a menudo y pasas muchos días fuera... la espera puede ser tortuosa.
EliminarBesos, guapa
...
ResponderEliminarPiedra.
Sabes? tenía una profe de lengua y literatura en el cole que su lema era "breve, conciso y sin faltas de ortografía". Tú hubieras sido su ídolo...
EliminarUn besazo escueto para hacer juego!!
qué tierno, Chris...
ResponderEliminarzi.... ays... (suspiro)
EliminarAinsss.
ResponderEliminartotalmente de acuerdo
Eliminar:-)
Lo único que hace soportable las ausencias son los reencuentros.
ResponderEliminarMe alegro d leerte así de emocionada. Un petó,
¿Cómo se dice "nudo en el estómago"?
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