martes, 22 de marzo de 2016

La realidad y la ficción de la mano


Hoy iba en el metro leyendo un libro que hay que abrir con cuidado y he comenzado a pensar en una discusión que tuve hace unos días con un colega del twitter. Salió el tema de Carol y él decía que la peli no valía la pena. No fui capaz de ahondar mucho porque 160 caracteres no me bastan ni de lejos. Cómo explicarte... se me ocurrió decir que si hubiera sido una historia heterosexual me hubiera pasado más desapercibida y entendiste que era por falta de calidad pero no, en absoluto. Sigo pensando que es una historia preciosa. Un proceso de seducción al que no estamos nada acostumbrados. En la heteronormatividad suele darse procesos mucho más rápidos, una seducción mínima desde donde se lanzan a la genitalidad. Pero Carol no, Carol (la historia) surge de la nada y avanza lentamente entre las protagonistas. El proceso de seducción va avanzando, va conformando un espacio de complicidad entre ellas mientras la mujer joven va creciendo lentamente, va aprendiendo lo que no quiere hasta finalmente descubrir cual es el objeto de su deseo. Mientras, la mujer mayor, experimentada, respeta completamente el tiempo que necesita Therese para aclararse y le da espacio suficiente para que pueda vivir su cotidiano. Se acercan pero sin presión, se respetan, se preguntan y se aceptan... y cuando al fin llega el momento de vivir el deseo, es Therese quien le dice a Carol, llévame a la cama, sin que Carol quiera forzar nada. Y si, al fin la historia de dos mujeres enamoradas termina bien

Eso es lo sublime para mí. Ese respeto entre ambas, esa complicidad, ese cuidado que se dan entre mujeres, tan diferente insisto del chicoencuentrachica, chicoseponeplastaconchica hasta que consigue una cita, chicolemetemanoachica... 

Que Nepo no quiera verlo, o no sea capaz de hacerlo para mí es lo de menos. El cine acepta muchas miradas, muchos puntos de vista. No hay absolutos. Habrá quien siga defendiendo que Tarantino es un genio y a mí tanta violencia me parece horrible. Aunque sea en ficción. 

Y sigo pensando que estamos necesitadas de visibilidad, de referentes positivos. Por eso la película es especial para mí. Porque le muestra a todos los que quieran verla cómo puede darse una historia de amor entre dos mujeres con "final feliz".

Así que hoy, en el metro, he abierto con cuidado el libro  y me he bebido tu relato, Yoya, lo he sorbido casi sin respirar... lo he sentido en mi piel. Y me he alegrado, me he enternecido, me he emocionado, mucho... y después me he enfadado y entristecido. Porque tu relato en cierto modo, no acaba bien. 
Me he acordado de cuando leía los libros de la colección Egales, ansiosa por llegar a un final feliz. Eran historias tontas, ñoñas, pero cumplían su función. Me contaban que entre dos mujeres puede darse una vida placentera, sin miedos ni culpas. una vida normal. Porque hasta hace muy poco tiempo, ni la literatura, ni el cine, nos contaban que pudieran existir relaciones entre mujeres y que estas pudieran ser tan longevas y felices como lo puedan ser las demás.

Qué tontería, no? Esa necesidad de pensar que todo irá bien. Ese querer vivir medio en la fantasía mientras llega alguna realidad. Como si no pudiéramos seguir adelante cada día simplemente con nuestras sonrisas, nuestras rutinas y que precisamente eso nos permitiera saber que todo irá bien. 
Y si al acabar el día, siento tanta añoranza como hoy, descubrir que el echar de menos forma parte de esa realidad que a veces ficcionamos, de esos relatos que estamos escribiendo a cada momento. Sean publicados o no.


16 comentarios:

  1. Nada de tontería amiga, buscamos finales felices porque aun hay muchos referentes que no lo son. Necesitamos mas visibilidad, necesitamos abuelitas de la mano, hablando de toda una visa juntas...Y mientras no tenemos eso, nos regresamos en los libros con final feliz. Yo aun sigo leyéndolos y buscando los que son de calidad para añadirlos a mi colección en papel.
    Y Carol ya sea el libro o la película sigue siendo ese gran referente!
    Por cierto, acabo de leerme un libro de temática y menuda desazón de final, uffff.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso!!! abuelitas de la mano. Y cuando hayan pasado muuuuuuchos años de ver abuelitas de la mano será genial ver historias que terminan mal, o historias de celos, de traiciones, de malas personas, en realidad nada nos diferencia del resto de la Humanidad... pero si necesitamos seguir asentando la imagen positiva para todas aquellas que aún necesitan referentes.

      Eliminar
  2. Edito ... visa por vida y regresamos por recreamos.

    Ofu que mal estoy de lo mio....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando lo leí me encantó la idea de la visa juntas XD

      Eliminar
  3. Alasdemariposa: Uy. Nepo "alucinaría" conmigo. Valoro una película según su final.Si acaba bien ;de final feliz para mí es genial:-)). Para todo lo contrario ya está este mundo q nos ha tocado vivir. Buenos días.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me dijo que no podía valorar una peli por su trama. Y es que no se me ocurre nada mejor que valorarlo por lo que cuenta... Luego puedes fijarte en otros aspectos pero nunca iré a ver una película cuya trama no me atraiga aunque tenga unos efectos especiales impresionantes...
      Ya no pega el buenos días pero te lo cambio por un... felices vacaciones! (si es que las tienes) :-)

      Eliminar
  4. Es muy importante que se tenga en cuenta que, hasta ese momento, las historias homosexuales (Lesbianas, no, que eso "no existía", ni siquiera las mujeres de cualquier orientación sexual con deseos y no meros objetos existían) en la literatura eran cosas muy secundarias, siempre cargadas de negatividad que acababan mal, preferiblemente con la muerte agoniosa de algun@ de l@s dos, o del indeseable personaje homosexual, que era una amenaza.

    Pero llegó Patricia Highsmith, después de sus historias personales, sobre todo, en terapia grupal con señoras casadas que de repente sentían "pulsiones incorrectas", y sacó la historia, con seudónimo, y después de que fuera rechazada por tantas editoriales por tener un tema tan poco vendible, y ¡Fíjate tú! El boca-oreja hizo que el libro fuera vendido hasta agotar varias reediciones.

    La peli es bastante fiel al libro, incluso, mucho, pero, hay que tener cierta educación emocional para comprender lo que hay detrás de una serie de miradas que lo dicen todo. Comunicación no verbal, se llama, y, como otros lenguajes hablados, se ha de aprender.

    Disfruta de tu lectura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cada día estoy más convencida de que necesitamos reaprender tras una vida atravesadxs por el patriarcado. Pero hay muchos que viven demasiado cómodxs en sus situaciones actuales. Qué pena me da la gente que vive en Matrix sin ni siquiera cuestionarse que puede haber otras cosas, otras ideas, otras maneras de relacionarse...
      Muacks!

      Eliminar
    2. Juli Gan... he leído esto sobre la historia y me ha gustado...
      "Carol es un acto de valentía. La literatura como sueño alcanzado y por largo perseguido, como realización. Un final justo, después de tantas obras que, debido a esa misma representación de la otredad, querían disculparse condenando a los personajes a la muerte, el abandono o la desdicha. Este texto tan bien recuperado nos convence del inevitable precio de esos golpes de fortuna que le devuelven a la vida su sal. Nada nos es regalado. Todo es desgaste. Pero la fuerza se aprende. La fragilidad de la felicidad, el peligro, el valor y el buen coraje son algunos de los temas de esta historia hecha ya un clásico."

      Eliminar
  5. Final feliz?....
    Tuvo que renunciar a su hija, quizás sea esa la parte de la película que no guste tanto, quizás, si hubiera tenido una relación heterosexual esto no hubiera ocurrido, quizás existan diferencias abismales

    Buenos días

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No estoy del todo de acuerdo. Ella elige. O va a terapia y recupera su vida vacía, niña incluida, o renuncia a su hija y elige con quien vivirla. Y conozco un caso real igualito de este comienzo de siglo XXI. Poca gente tiene la suerte de no tener que elegir en su vida.

      Eliminar
    2. Nabila, creo que no te había visto nunca por aquí. Gracias por leer y comentar... por abrir debate :-) y por desear buenos días! Y ahora al lío!!
      En mi opinión, muchas veces el amor nos obliga a elegir. Simplemente cuando nos unimos a otra persona cambiamos rutinas, costumbres, lugares por donde nos movemos... a veces nos compensa renunciar a cosas que nos son queridas y lo importante es que esa renuncia sea hecha de manera libre, convencidas y desde el amor, sin reproches.
      Precisamente Carol lo que dice es que renuncia a la custodia porque qué clase de madre sería si la enseñanza que le vuelca a su hija es la de renunciar a la propia identidad...
      Quizá los heterosexuales no se vean obligados a renunciar a eso pero anda que no hay casos de personas que renuncian a ser quienes son por tener la compañía de otra persona...

      Eliminar
    3. Alasdemariposa:"la renuncia"q hace de su hija que sólo es por la patria potestad,porque no va a dejar de ser su madre
      Es un acto consecuente con sus ideas y sentimientos.Toda una lección, vamos.

      Eliminar
  6. Final feliz?....
    Tuvo que renunciar a su hija, quizás sea esa la parte de la película que no guste tanto, quizás, si hubiera tenido una relación heterosexual esto no hubiera ocurrido, quizás existan diferencias abismales

    Buenos días

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De hecho, llevo días tratando de localizar algo que leí, una crítica o un artículo sobre el tema y en el que lo definían como el precio que hay que pagar por ser feliz... Si lo encuentro, te lo paso...

      Eliminar
    2. Y creo que este es el texto que leí y que te mencionaba anteriormente....
      "Carol no es solo una bellísima historia sobre la fuerza del amor, sobre el precio de la valentía o sobre el coste que casi irremediablemente tiene saltarse las reglas. Es también una mirada sobre mujeres que se liberan del corsé que las ha convertido en objetos y en seres concebidos para vivir por y para los otros. Carol y Therese, amándose, se convierten en sujetos. Dueñas de su sexualidad y de sus deseos. Libres, como diría Marcela Lagarde, en sus "cuerpos vividos". Rebeldes frente a un heteropatriarcado que ha sido y es un régimen político. Todo lo contrario por tanto al amor romántico que en estas fechas el mercado nos vuelve a vender como paradigma de la felicidad."

      Eliminar

Related Posts with Thumbnails