viernes, 25 de junio de 2010

In(visible) & Out

Me comentaba Tantaria a propósito de mi post de ayer que las mujeres somos más invisibles. Es cierto, en general somos poco dadas a hacernos ver. Pero también creo que las mujeres homosexuales hemos utilizado el doble juego de la invisibilidad cuando lo hemos necesitado. Y después, nos quejamos de que no nos tienen en cuenta o de que parecemos no existir. 

Hasta hace unos meses tenía en mi departamento a una jefa y una compañera que conocían de primera mano mis preferencias sexuales y mis avatares amorosos. Hemos tenido conversaciones en las que participaban más compañeros y en las que yo mencionaba sin problemas a la “activista coqueta” refiriéndome a ella por su nombre o como mi pareja.

A raíz de las movidas laborales que hemos sufrido, estas dos personas se han ido del departamento y como por arte de magia me he vuelto a meter en el armario. Increíble. Yo, a mis 37 años, cuando siempre he sido el ejemplo del bollerío en mi empresa, he recogido los bártulos y sin decir nada me he encerrado.

He de argumentar en mi defensa que mi departamento es una filial de otra filial de una gran empresa. La filial matriz es lo que podríamos considerar una semisecta. Van todos juntos hasta el baño! Los chicos juegan al futbol todas las semanas. Las chicas van al gimnasio en la hora de la comida para modelar su figura. Asisten juntos a clases de inglés y este año han empezado con el chino!! Las fiestas que se organizan en la oficina, con cualquier motivo, son como bodas donde tienes que aparecer toda glamurosa (que me esperen sentados) y la prepotencia es una seña de identidad clara. Se trata de un claro sistema de castas en el que mi puesto se encuentra en el subsuelo de la pirámide.

Dada la precariedad laboral que existe en estos momentos he optado por primera vez en mi vida por intentar mantener la boca cerrada. No os imagináis como lo agradece cada mes mi hipoteca. ¿Pero hasta qué punto me compensa?



La verdad es que fracaso en el intento, soy incapaz de callarme... a mi manera.. Esta mañana me ha preguntado una compañera por una palmera de chocolate y le he dicho que a mí me gustan otro tipo de bollos. Soy incorregible.

Luego, eso si, me molesta cuando el inutil y baboso nuevo jefe me viene preguntando que si me gustan los coches o las motos (no tengo carnet de conducir) o que si me gusta el futbol. ¿Me habrá visto pinta de futbollera?

En fin, que parece que la crisis afecta hasta a los armarios y sus alrededores. Entono un mea culpa por mi incoherencia. Y todo esto a una semana del Orgullo....


1 comentario:

  1. jajajaja... eres muy divertida!! aunque creas ser incoherente, no puedes evitar que salga tu verdadero yo, por tanto, la incoherencia te va a durar un suspiro... sé espontánea y todo fluirá!!!

    Abracitos salinos orgullosos

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