Estos días me he acordado mucho de la psicóloga. Llevo casi dos semanas con una laringitis aguda que me impide hablar. Apenas puedo reconocer mi voz y el dolor de garganta no cesa a pesar del ibuprofeno.
Al principio le eché la culpa al maldito aire acondicionado de mi trabajo. Supongo que en todos los trabajos siempre hay broncas cuando llega esta temporada por el pongo el aire que me achicharro - quita el aire que se ha sentado un pinguino en mis rodillas,,,,
El caso es que dándole vueltas he llegado a la conclusión que no se trata del aire acondicionado porque desde hace 15 días no me toca ni de lejos. Es más bien una representación física de lo que siento. Y siento que no puedo decir lo que pienso, lo que siento.... Como comentaba ayer tengo un bloqueo tremendo desde hace meses, y en todo este tiempo, no he llegado a expresar realmente lo que necesito.
Por ejemplo, cuando "la activista coqueta" me llama para charlas a las 9 de la mañana mientras va camino de su despacho. Le dije una vez que a esa hora yo tengo que estar trabajando y no puedo salir de mi oficina para charlar con ella. Pero no me hizo caso o no lo recuerda. Y yo, que me muero porque me llame, tampoco soy capaz de ponerme firme y tener una bronca. Querría decirle que me llame por la noche, cuando llegue a casa de trabajar pero me temo que esa hora se la tiene reservada a otra.
Y esto que parece una chorrada, se me va acumulando a otro montón de cosas que querría decirle desde hace meses y que me siento incapaz de hacerlo.
Así que la inflamación de mi laringe debe estar formada por un montón de palabras que no salen. Tengo atasco laríngeo.
La
En fin, en vista de que no puedo hablar, lo que hago es pasear. Y aprovecho que mi barrio en esta época huele a flores. Cruzo el parque hasta llegar al Jardín del Moro y en uno de sus rincones encuentro un lugar en el que no necesito palabras ni decir nada para sentirme en paz. Por la verja, junto a la casa del guarda, se enredan multitud de flores que desprenden un dulce olor. Al lado pasan los coches raudos dejando estelas de ruido. Pero yo me recuesto sobre la verja y dejo que por unos momentos me invada la paz. Me concentro y me evado, creando un rincón de silencio en el que sólo puede entrar el recuerdo de su voz.
Hola Chris, bienvenida!
ResponderEliminarBueno, ya vas por el buen camino, no?? Escribir es una magnífica forma de poner palabras.
Que te mejores.
Te seguiré leyendo.
Hola Chris!
ResponderEliminarqué bueno que abriste blog nuevo. Me encantan tus escritos. Yo, ya sabes, lectora pero poco escritora. Blog propio casi que ni loca.
Espero que te mejores, de todos tus males. Sobre todo de los que van por dentro.
Me encantaría verte el sábado, en la presentación del libro. ¿te animarías?
Un beso, Jezabel
Bueno chiquilla, habrá que ir mejorando el corazoncito para que podamos oírte bien la voz :-).
ResponderEliminarTal vez la vida te está indicando que no es tiempo de hablar, sino de escuchar. De escuchar(te), escuchar tu interior, no crees?
ResponderEliminarYa llegará el momento de expresarte, todo llega. Ahora es el momento de pararte, reflexionar y estar contigo misma. Disfrútalo junto a la naturaleza. Hermosa foto y hermoso atardecer...
Abracitos salinos
En mi época de solitario, los parques y jardines eran uno de mis refugios favoritos. El Jardín del Moro me gustaba mucho, lo visité muchas veces. Pero mi favorito era el Jardín Botánico. Como había que pagar una pequeña entrada no solía tener mucha gente y había rincones donde leer placidamente o donde sentirte en paz, ayudado por los árboles o las plantas.
ResponderEliminarEn fin, espero que vayas encontrando tu camino y que tu laringe y tú vayáis sintiéndoos mejor.
Otro abrazo.
La voz es casi una targeta de presentación. Ella nos representa en todos los estadios. La Técnica Alexander, si se hace bien, cosa que cuesta mucho, ayuda a recuperarte. De todas formas, la foniatría, también. Doy fe.
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