Cuando accedí al recinto de la piscina
me alegré de que no hubiera nadie. Supuse que el común de los
mortales estaría durmiendo la siesta a esa hora y que tardarían al
menos un rato en despertar y venir.
Contemplé maravillada el hermoso árbol
que crecía al otro lado de la piscina, en el borde del jardín. Se
alzaba enorme como testigo mudo de la belleza de ese lugar. A la
izquierda una valla separaba la piedra granulosa del vacío donde
parece mágico que crezca otro árbol majestuoso. La piscina se
encuentra en la ladera del monte. Desde allí se extiende el valle y
más lejos la costa con el mar de fondo.
Dejé la toalla en el suelo y me quité
la ropa deprisa. Quería llegar al agua y aprovechar la soledad para
disfrutar más aún si cabe de la magia del momento. Comencé a
descender por los escalones y me gustó la temperatura del agua. No
era el caldo que hacía presuponer el calor ambiental ni estaba tan
fría como para entrar de puntillas. Me lancé desde el segundo
escalón y nadé con tranquilidad a lo ancho de ella.
Me dirigí a la zona en la que hacía
pie. Quería encadenar delfines virados, sentir que saltaba sobre el
agua y una vez sumergida voltearme para contemplar el exterior desde
dentro del agua.
Qué hermosa es la realidad bajo ese
prisma. Allí abajo todo se transforma...los sonidos ambientales se
amortiguan y cobran protagonismo los vitales. El sonido de las
burbujas de aire que expulsas por la nariz o por la boca...cada una
tiene su propio timbre y ritmos diferentes, por supuesto. Si prestas
atención puedes escuchar el fluir de la sangre en tu cuerpo, el
latido de tu corazón, más tranquilo o acelerado dependiendo de tu
movimiento...
Miraba el árbol desde debajo del agua,
recortado contra el azul del cielo. Escuchaba el lento rugir de la
vida en esa tarde de verano. Mis manos acariciaban el agua mientras
buceaba sintiendo que formaba parte de esas partículas de hidrógeno
y oxígeno. Si...mis manos la acariciaban consciente de cómo me
transforman, de cómo me trasladaban en su espacio de un modo
sencillo.
Allí, debajo del agua la realidad es
mucho más hermosa...y no existen trabajos, ni rutinas ni
edades...sólo mis pensamientos tranquilos, mis emociones
sosegadas...las palabras que en silencio deslizo, ese lenguaje que
el agua y yo comprendemos y nos dedicamos, los nuevos nombres que van
surgiendo en mi vida y que conforman las fotografías sobre un marco
nuevo.
Qué sugerente es el lenguaje del agua, y qué bien lo has transmitido... Dan ganas de meterse en esa piscina y vaciar dentro la mente, para llenarla de nuevos ecos...
ResponderEliminarFeliz verano, Chris!!
Basta con abrir la mente y dejarse llenar por las percepciones para descubir mundos nuevos...
EliminarCreo que las dos estamos teniendo el verano que nos merecemos!
un abrazo!
el agua no tiene parangón. te lo dice un pez ;-)
ResponderEliminary yo que pensé que tú te dedicabas a arponear a los peces...
EliminarAhora en serio...para ti y para mí el agua puede ser un buen medio donde dejarnos mecer sin pensar en los temas corporales...
Un besote!
Quizás en otra vida fueras uno de ellos:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=BQItv6dacHI
y de ahí tu fascinación por el agua y las nubes.
No conocía esta especia y lo he flipado cuando he visto el vídeo...gracias por pasarme el link!!
EliminarSi...paso mucho tiempo contemplando las nubes y ahora he descubierto que desde debajo del agua se ven todavía más bonitas!
Un abrazo enorme!! que menos mal que es virtual mari, que me derrito...
Esa es la piscina donde estaba Farala, no?
ResponderEliminarPor qué tiene tanto encanto?
La del Hospital.
Es la piscina donde estábamos Farala y yo, que también salgo en su foto...soy esa nutria que flota boca arriba en el lado derecho de la foto...
EliminarLa piscina tiene unas vistas increíbles y casi siempre está vacía, a pesar de ser de una comunidad...si a eso le unes que le pertenece a una bloguera estupenda y gran amiga....pues qué más se puede pedir? post al canto!!!
Me encantaría sentir lo que sientes tú debajo del agua, por los lados, por encima, pero sólo mojarme la cabeza y ya creo que me estoy ahogando. Creo que tengo un trauma. En fin. Yo soy de secano. ¡Suerte la tuya!
ResponderEliminarSeguro que soportas mucho mejor que yo el calor...Y no te creas, que en piscina genial pero en el mar soy incapaz de meterme mucho por donde no cubre...me da mucho yuyu no saber qué hay debajo de mí...
EliminarPalabras acuáticas, tan bien escritas que es como un post escrito debajo del agua, como a cámara lenta, delicado y azul.
ResponderEliminarMe hubiera encantado tener una cámara acuática y mostrar lo que yo veía...el cielo, el árbol...el mar a lo lejos...
EliminarDelicado y azul...qué bonito suena... Gracias!!!
:-)
es maravilloso el poder sedante del agua a pesar de que pueda ser tan peligrosa al mismo tiempo
ResponderEliminarSi...las imágenes del tsunami eran terribles...toda esa masa de agua anegando tierras y llevándose todo por delante...
EliminarEs como todo...me gusta el aire frío del otoño o invierno pero una ventisca sería terrible...La naturaleza es maravillosa salvo cuando se descontrola o la destrozamos...