miércoles, 22 de octubre de 2014

Caer y levantarse


Decía un tal señor Goldsmith algo así como que nuestra mayor gloria no consiste en no caer jamás, sino en levantarnos cuando caermos. Y si, tiene razón.

Estos días en los que estoy así, flojita, pienso en eso constantemente...

Os comentaba hace unos post algo acerca de un regalo.... llegó... al fin... después de dos años esperando!!! sólo tuve que levantar el teléfono y decirle a Sis... mira, que es que la necesito de verdad. Que como no encontrais el momento de traerla, voy a ir a vuestra casa a buscarla. Y al día siguiente quedamos en vernos.

Subí a la sierra, la abracé y pudimos charlar un rato sobre cómo van las cosas para las dos. De vuelta, me bajé a Madrid esta preciosidad... 




Y he salido ya varios días con ella por Madrid Río para poder ver y atravesar puentes, que es lo mío...

Eso si, ya me he caído dos veces. Pero, volviendo al principio del post... me he levantado como una campeona. El problema radica en que los pedales tienen unos estribos en los que se me encaja el pie cuando freno. Así que, lo que tardo en poner el pie en tierra ya ha caído tooooodo mi cuerpo. Eso si, he de decir que el último día me ayudaron unos señores muy amables a levantarme y se preocuparon por si me había mareado o me encontraba mal. Se ve que hay buena gente por ahí.

Si montais en bici, ya sabéis lo que se clava el sillín en nuestras partes nobles. Decidí comprarme un culotte y oye!! ahora parezco John Wayne andando!  qué sensación tan extraña la de llevar ese relleno entre las piernas. Para las lectoras más veteranas.... me recuerda a las antiguas compresas que llevábamos, que parecía que tenías ahí la misma enciclopedia británica de gordas que eran...

Mientras hago un poco de ejercicio que me viene estupendamente... voy parando junto a los puentes, los cruzo, contemplo alguna piragua en el río... y hasta descubro a amigos pintados en el techo del Puente del Invernadero...



 
 
 
Prosigo el camino, transitando, intentando disfrutar de las vistas... al atravesar un puente miro al cielo y pienso que ojalá las cosas fueran distintas... pero no lo son... y en algún momento lo aceptaré sin más. Mientras, me sigo considerando afortunada por muchas cosas... entre ellas, vivir aquí.
 


Puente de Toledo

Puente de Segovia. Lo cruzo y llego al Rincón del Arco Iris.


5 comentarios:

  1. Pues más que en bici, parece que estés jugando a la oca: De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente. Jaaajaja, la enciclopedia británica entre las ingles. ¡Qué bueno! Ánimo y a seguir cruzando puentes.

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  2. Desde ayer tarde hasta medio día de hoy hemos tenido un vendaval impresionante, no me gusta prefiero que llueva pero no dejo de admirar algunos árboles delgados, cañas, que se doblan hasta que parece que van a quebrar, pero no, el viento pasa y vuelven a su posición natural.
    Esa zona la he hecho a pie y es fantástico que te quede cerca para hacerla en bici. Ala, a disfrutar :-))

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  3. Me encanta esa zona... he recorrido parte a pie pero en bici debe ser toda una gozada. Llevo un tiempo planteándome recorrerla con la bici pero me da mucha pereza tener que montarla en el coche y todo eso.

    Espero que disfrutes mucho de sus puentes, algunos de ellos son una verdadera pasada.
    Besos!

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  4. Ir en bici relaja mucho. Sobretodo porque te agotas... :)
    La bici amarilla ¡me encanta! Y dónde vives también. Un gusto para la vista ver a diario esa belleza.

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  5. Genial, Chris. Ya sé que la bici tiene un nuevo nombre: 'cruzapuentes'. Eso sí: te recomiendo que le quites los calapiés (calas), salvo si sales por carretera. En ciudad no son nada prácticos, como has podido comprobar.

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