Crecí en un barrio al noroeste de Madrid. Desde la ventana de mi habitación se veía una vaguada enorme que nos separaba del siguiente barrio. Aquella vaguada donde yo jugaba de pequeña, se rellenó a primeros de los 80 con un centro comercial enorme y una carretera de varios carriles que pasaba por la esquina de mi fila de bloques.
Recuerdo que prometieron que en aquella esquina colocarían una estatua gigantesca de un hombre desnudo, de unos 20 metros. Imaginaba que miraría por la ventana de mi habitación desde mi planta 14 y vería los huevos de ese hombre. Por suerte, aquella promesa nunca se cumplió.
Desde el otro lado de la casa se divisaba el campo y al fondo las montañas de la sierra. Por la ventana de la cocina veía atardecer mientras cenaba. Si, crecí mirando al cielo. Tenía la inmensa suerte de tenerlo cerca y de vivir en un barrio muy abierto. Desde la altura podía contemplar la Osa Mayor. La buscaba cada noche antes de acostarme para cerciorarme de que seguía allí y que con alzar un poco la mano podría llegar a tocarla.
Atardecer desde la cocina
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Me paré en mitad de la calle y lentamente fui girando sobre mí misma. Pensé en lo poco y mucho que ha cambiado. El espacio abierto es el mismo. Por suerte, algo está cambiando y encontré consignas que nunca antes había visto
Al fin algo de sentido común en el barrio |
Ahora que lo pienso... mi antigua calle también es cuesta abajo! |
Esta foto la hizo mi padre. |
¡Bonitas vistas! Desde mi casa veo una joya arquitectónica... :)
ResponderEliminarUmmmmmm, yo también. En mi caso la Catedral de la Almudena. Ah no, que no es una joya arquitectónica precisamente... pero bueno, siempre adorna! ;-)
EliminarYo busco el cielo desesperadamente, será porque mi habitación de pequeña era interior. Ahora mi piso es todo exterior y alto, aunque desearía que los edificios no modificaran tanto el horizonte.
ResponderEliminarPor cierto, me acabas de enseñar una palabra nueva (vaguada). Justamente leí ayer que aprender palabras nuevas activa las mismas zonas cerebrales que el comer o el follar
Me siento afortunada cuando me doy cuenta de lo bien que he vivido de pequeña. Y aunque mi casa de ahora es "escasa", me gusta mucho la zona. Si tiene que llegar algo mejor algún día... llegará.
EliminarEstoooooo, te dejo, que voy a coger el diccionario a ver qué aprendo jejeje
Bonitos cielos Chris, lástima que ahora a las 6 ya sea de noche.
ResponderEliminarUn petó,
Ay Rosa M, cuando llega está época sueño con que sea ya mediados de febrero...
EliminarQué curioso... Yo también busco la Osa Mayor cuando hay cielo estrellado. Siento que mientras pueda encontrarla, hay esperanza.
ResponderEliminarObjetos mágicos :-)
EliminarAlasdemariposa:Hay querencia genética por los cielos, por lo que se ve.
ResponderEliminarA disfrutarlos que el otoño es perfecto para eso.
Hay temporadas que miro poco al cielo... cuando estoy triste sobre todo. Y esta es una de esas épocas. Pero gracias por recordarme la buena temporada que es ahora.
EliminarBesos.