Hace ya unos 20 días que tengo a Lúa.
Es maravilloso ver cómo ha crecido en este tiempo. No es mucho más
grande pero si se ha alargado hasta el punto de que cuando se estira
parece una gata salchicha!! Tiene una vitalidad tremenda y una
agilidad increible. Además es muy lista. Pese a su escaso tamaño ha
aprendido a ir trepando por los sitios para llegar donde sería
imposible si tratara de hacerlo saltando.
Clava sus uñas en cualquier lugar y lo
utiliza de anclaje para llegar donde se propone. La parte mala es que
también me clava sus uñas a mí y voy con el cuerpo lleno de
heriditas. Pero luego te mira con esos ojitos redondos y le perdonas
absolutamente todo.
El periodo de adaptación con Zoe ha
sido corto. Pensé que tendrían muchos más problemas en vista de
cómo empezaron. Ay!! que no os lo he contado todavía!! Veréis...
Lúa llegó un domingo por la noche.
Por precaución la metí en la cocina y cerré la puerta para que no
se escapara por el pasillo. Zoe notó enseguida que había alguien
más y andaba merodeando pro la zona.
El lunes, cuando llegué de trabajar me
hice la comida y en un descuido Lúa salió al pasillo con más miedo
que otra cosa. Y no era para menos, porque allí a menos de un metro
estaba Zoe mirándola desde su altura.
Lo que pasó fue una recreación en
toda regla de las escenas de las películas del oeste....
Frente
a frente, se miraron a los ojos. Se oía el rumor del aire y las
bolas de pelusa rodando por el pasillo. Yo, con mi vestido de
tabernera típico de la época, me asomaba desde la puerta y las
miraba entre expectante y horrorizada presintiendo lo que iba a
ocurrir... Una melodía resonó en el silencio tenso.
Tiroriroriiiiiii tarirooooo tiroriroriiiiiiiii tariroooooo
Allí
estaban ambas...una desafiante, erguida sobre su lomo, con las
pupilas dilatadas. Al otro lado la bolita de pelo suave e inmensos
ojos azules, con ganas de jugar y sin entender por qué aquella
congénere tenía cara de pocas amigas...A Lua el valor sólo le
llegó para emitir un débil Mia!! ante el cual la sheriff Zoe le
dejó bien claro que en Chris House ella impone la ley. El bufido fue
tal que a Lúa y a mí se nos heló la sangre y corrimos a
refugiarnos en la cocina.
Durante
los días siguiente dejé que Lúa fuera saliendo y que ella solita
se enfrentara a Zoe. Durenta algunos días no recibió más que
bufidos como respuesta. Pero ella, la pitufa, sin caer en el
desaliento seguía tratando de acercase a la grandullona. Corría
detrás de ella y Zoe agobiada salía disparada por el pasillo
tratando de darla esquinazo. Pero allí estaba Lúa, tratando de
nuevo de acercarse.
A
ratos Zoe me miraba con cara de...”no puedo con la vida, que tía
más plasta”. Por la noche se disputaban quién estaría e la cama
conmigo. Y aunque Zoe tiene preferencia por ser más mayor y llevar
más tiempo, Lúa ha sabido encontrar su hueco.
Al
cabo de pocos días de llegar las encontré una tarde, a mi vuelta
del trabajo, tumbadas una enfrente de la otra. Lúa olisqueaba
suavemente a Zoe y la grandullona se dejaba.En aquel momento supe que
se habían hecho amigas.
Lua
suele perseguir a Zoe por el pasillo y en el camino de vuelta es Zoe
quien persigue a la pitufa. Pueden pasar así horas...incluidas las
de la noche. A ratos, Zoe se tumba al lado de Lúa y le da
lametoncitos. Así que en ese sentido ando ya despreocupada.
No
así con la comida. La de Zoe, que es un tratamiento por problemas
urinarios tengo que ponerla en alto porque a Lúa le encanta. Si consigue comerle algunos granos de pienso luego no para de mear. Tampoco tiene muy claro todavía qué es
comestible y qué no. Se tira a morder el cable de mi portatil, el
del cargador del móvil y en general cualquier cable que cuelgue. Por
más que le explique que no se debe morder sigue con la manía, así
que ya se ha llevado unos buenos chorros de agua.
Lúa no ronronea, no...más bien parece que taladre por el sonido tan fuerte que emite. Y cuando se pone a hacerlo a mí se me cierran los ojos por el efecto calmante que produce...
En
fin! Que desde luego Zoe ha encontrado una entrenadora personal
excelente. Y yo, una gatita mimosa que se me queda dormida recostada
sobre mi pecho y que me ha sacado todo el instinto maternal que
llevaba dentro.
Bienvenida
a casa, Lúa.
Uff, Chris, he llegado al final del post: no tengo premio?? Noo, tranquila, la narración es estupenda, pero...bolas de pelusa por los pasillos y gatas en la cama??? He acabado estornudando, con la cara hinchada y los ojos chiquititos!! Mmmm...ataque de alergia lectora, podríamos llamarlo?? ;-) Me alegro mucho de que estés disfrutando de las enanas. No soy amante de l@s gat@s - es obvio-, pero lo cierto es que Lúa está preciosa en la foto! Un abrazo, guapa! :-)
ResponderEliminarOpino como kika. no soy amante d elos gatos (aunque me fascinan sus ojos), pero hay que reconocer que es muy bonita.Buen finde ya verás.
ResponderEliminarjajajaja, qué bien narrado, con música de fondo y todo. Han seguido el proceso normal, la pequeña no entiende de peligros y se acerca a la mayor, que como buena gata es celosa y se rebela. Al final las aguas volvieron a su cauce, como era de esperar, y ahora se entretendrán juntas (no te echarán tanto de menos, así que puedes estar fuera más rato jejeje). Un beso!
ResponderEliminarAy qué preciosidad!! (La gata también xDD)
ResponderEliminarbss
Miaaaaaauuuuuuu, miaaaaauuuuuuuu, miaaaauuuu!
ResponderEliminarjajajaj
besos!
Son listas ehhh
ResponderEliminarKika, no sólo es que sea preciosa, es que además es mimosa y hace trastadas. Hoy me fui a duchar, dejé los calcetines en el baño y cuando salí de la ducha habían desaparecido. Se los había llevado y los dejó encima del sofá. No me puedo enfadar con ella!
ResponderEliminarAlas...a mí me ganan cuando ponen los ojos redondos como el gato con botas de Shrek! Buen finde para ti también!
Candela, creo que Zoe anda algo depre con el síndrome de la princesa destronada, pero ahora ya me voy de casa más tranquila jeje. Besos!
Desgra...jajajajajajaja!!
Morgana: si algún las conoces seguro que congeniais! Un abrazo enorme!!
Repo...Lúa ha aprendido a darme la patita. Es más lista que las arañas!!