Ayer te vi. No me quedó otra. Sé que
al menos nos tenemos que ver tres veces al mes. Y ya me resulta
demasiado.
Mañana hará tres meses que todo
terminó. Después de tres largos años. Vaya, me acabo de dar cuenta
de cómo se repite el número tres.
Pues eso, que ayer te vi. Por un lado
me alegré de encontrarte fea. Si, te vi fea. Con ese pelo que te
empieza a crecer de forma desordenada. Pierdes todo el atractivo que
tienes con el pelo muy corto o con melena. Y me gusta verte así,
fea, porque ya no me gustas. Puedo mirarte sin perderme en tus ojos o
en tus labios como me sucedía antes.
Pero aún te echo de menos. El otro día
pensaba en esas noches que llegábamos tan tarde a casa y
preparábamos para cenar un perrito caliente. Era una tontería pero
yo era feliz mientras estábamos en el sofá charlando y cenando ese
perrito. El tuyo con mostaza y ketchup a borbotones. El mío con una
pizquita de ketchup. Y esta noche, que no podía dormir y sentía
frío en la cama, echaba de menos que me abrazaras. Echaba de menos
tu brazo rodeándome, no unos brazos cualquiera.
Son ya tres meses y todavía se me hace
presente el tiempo que pasamos juntas, juntas y revueltas, después
sólo revueltas y al final más revolucionadas que otra cosa.
Todavía me duele el final. Yo no lo
merecía. Y tú tampoco te merecías ese final que me diste pero
supongo que nunca has sabido hacerlo bien.
El otro día en un correo me decías
que me quieres muchísimo y que soy muy importante en tu vida. Lo
comenté con Rosa y atinó de pleno al decir...te quiere muchísimo
pero te quiere mal. Quizá es que no hemos sabido querernos bien, o
tal vez no hemos podido hacerlo.
Y ahora me he alejado porque al fin me
he dado cuenta de que cerca de ti me hacías daño y yo te lo hacía
a ti. Y trato de que esta distancia me ayude a aprender a quererte de
otro modo. Al menos ya no me gustas y eso es un paso enorme porque
ahora puedo estar cerca de ti sin que esa atracción que siempre
tuvimos se interponga.
¿Cuánto duran los recuerdos? ¿Cuánto
tiempo ha de pasar para que dejes de dolerme? En un blog de una mujer
que ha sufrido también una ruptura dolorosa he leído que se da 100
días para olvidarla. Yo voy casi por 90 y no lo consigo. ¿Cómo
hago para llenar una vida que ya está llena de ausencia? De tu
ausencia, de mi lejanía y sobre todo de mi silencio.
Este viernes tengo que verte otra vez.
Ojalá algún día pueda además de verte, mirarte a los ojos sin
rastro de dolor. Quizá ese día podamos sonreírnos y recordar sólo
los tres años y no estos últimos tres meses.
La belleza está siempre en los ojos del que mira.
ResponderEliminarSi permites que el dolor se vaya, se irá.
Besos
por si te sirve de algo:
ResponderEliminarhttp://arponera.blogspot.com/2010/12/cronologias.html
a mí me queda ya poco, espero.
ánimo. un abrazo grande.
Estoy segura que llegará ese día...
ResponderEliminarun beso
Quizá sea cuestión de recordar de otro modo, porque olvidar no se olvida nunca.
ResponderEliminarDesde que estar con alguien empieza a hacer el mínimo daño hay que alejarse, Chris. Es así. Es lo correcto.
ResponderEliminarY se tarda lo que se tarde, chiquilla. Todo pasará.
Un abrazo fuerte!
No se puede olvidar. Lo que hay que intentar es no sentir daño. Date tiempo... o mejor: busca otros ojos en los que mirarte. ¡Véndete con masajes!
ResponderEliminarHay cosas que no se olvidan, solo hay que reeducarse a vivir BIEN entre ellas. Un besazo!
ResponderEliminarSeguro que ese día ya está cerca!
ResponderEliminarBesos
no existen fórmulas, cada persona tiene su ritmo y cada ruptura también, hay demasiados factores en juego. Lo que es seguro es que ese día llegará, sólo debes ser muyyyyyyyy paciente y no dejar que la fluctuacíon entre verla fea y echarla de menos se enquiste y convierta en un número decimal infinito
ResponderEliminarEy Cereza! cuánto tiempo! Trato de no engancharme al dolor, pero a ratitos me puede. Un besote!!
ResponderEliminarArponauta...uf...no me veo capaz de soportar año y medio así. Por suerte, la historia mía tuvo idas y venidas por lo que creo que parte de ese año y medio ya lo pasé! Un abrazo para ti también!
Muchas gracias Bur!
Repo, qué sabia. Tengo que conseguir que recordar ciertas cosas me provoque sonrisas y no lágrimas. Estoy en ello!
Morgana, más que correcto yo diría que es lo sano para ambas partes. En esta historia tuvimos momentos muy felices pero los últimos meses antes de dejarlo fueron horribles y creo que eso pesa demasiado.
Muchas gracias por tu comentario. Siento el cariño que hay en él.
María...de momento no me apetece mirarme en otros ojos. Y sé que eso sería una trampa, no puedes acelerar el proceso. En cuanto a los masajes jajajaja No se los doy a cualquiera, eh? Tiene que ser alguien especial, o ya sabes, que me de un curso intensivo de guitarra!
DescubreLes...ese es el punto. EStoy segura de que lo conseguiré, con paciencia!
Muchas gracias Candela, yo cada día lo noto más cerca!
Jam...qué puedo decirte...efectivamente esto lleva su ritmo. Otras veces he tomado atajos y he ido tapando heridas que luego me han estallado en la cara. Con calma! Gracias guapa!!
Un abrazo!
Para cada relación el tiempo es diferente, al menos eso me pasa a mí, hay gente a la que olvidé antes de romper la relación y otras personas que me siguen acompañando de por vida, pero ya en otro lugar. Tiempo, tiempo y tiempo.
ResponderEliminarGracias Marcela! Tengo todo el tiempo del mundo para colocarla en el lugar que la corresponde, una vez que me despoje del dolor, la tristeza y la rabia. Un besín!
ResponderEliminarLos recuerdoa para ser eso; recuerdos, no tienen fecha de caducidad, tienen periodo de ´transformación y ·adaptación al medio". Su aliado, el tiempo, que es quien los va seleccionando , puliendo,valorando y ponerlos en el sitio que merecen.
ResponderEliminarLo contrario es el olvido, pero de eso los recuerdos no saben, a veces desafortunadamente.
Los recuerdos duran para mí lo que mi memoria aguante, pero lo que pasado, eso está en el universo para siempre. Creo xD
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