lunes, 4 de marzo de 2013
Orión en mi brazo
Casi todos los momentos felices de mi infancia los tengo asociados a mi experiencia como boy scout. Salir al campo, pasar días en contacto profundo con la naturaleza, descubrir cómo la vida se abre paso a pesar de todo, aprender a contemplar los ciclos vitales...
Dentro de todas esas experiencias que siempre disfruté aunque nos lloviera, nevara o hiciera un frío tremendo, la que más me gustaba posiblemente era la que sucedía menos veces...dormir contemplando las estrellas. Dos o tres veces al año podíamos hacer un vivac. Entonces, mientras el resto de los compañeros se dedicaban a charlar yo me iba fijando en la inmensidad del cielo.
Allí,tumbada en el suelo bajo aquella capa de estrellas me sentía protegida. Me hacía consciente de su magnitud pero nunca me sentí pequeña, sino una parte más del todo. Bajo las estrellas cobraba identidad y respiraba vida. Sentía que de alguna manera me devolvían la mirada y me proporcionaban calidez.
Contemplando la Osa mayor, la Estrella polar, los restos de la Vía Láctea...mi mente se iba relajando hasta que al fin me alcanzaba el sueño y dormía sin pesadillas y sin miedo. Sabía que por unas horas ellas cuidarían mi descanso.
Hace ya tiempo que no duermo bajo las estrellas pero en cuanto salgo de la ciudad, por la noche busco su rastro. Al encontrar sus huellas la sonrisa de mi yo infantil regresa a mi cara. Siguen ahí a la espera de mi mirada.
Esta mañana, cuando me iba a duchar me he fijado que hay en mi brazo unas señales nuevas que añadir a la colección de arañazos y heridas que me producen las gatas sin querer. Son unas marcas extrañas que no he sabido identificar pero que me han hecho sonreir del mismo modo que cuando veo las estrellas. Las marcas están dispuestas como la constelación de Orión. Tengo a Orión en mi brazo y tal vez por eso llevo un par de noches durmiendo tan bien.
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Mejor que lo lleves en tu brazo porque distinguir las estrellas en el cielo de Madrid noe s tarea fácil. Me alegro de tu descanso
ResponderEliminarSólo se ven en noches muy despejadas y desde lugares oscuros...es casi un reto poder verlas...
EliminarSabes distinguir la constelación de Orión???
ResponderEliminarA lo más que llego es saber que era un guererro? cazador?
Tus gatas te conocen más de lo que tu te crees jejeje
Hace muchos años hice un taller de astronomía y algún concepto se me debió quedar porque al ver las marcas del brazo dije...orión en mi brazo...y cuando lo busqué en google era exactamente lo que pensaba!
EliminarBesos!
Toda una Scout, sí señora....Pero desde ahí a pensar que toda una constelación te la ha hecho las pobres gatitas...Nena.nena...¿qué vino bebiste anoche? jajajajjaja
ResponderEliminarEs broma Chris, un relato precioso de veras.
Un besazo
Naíta de vino que me pierdo!! y con la gripe lo que me faltaba jajaja
EliminarBesos!!
Eres una caja de sorpresas.
ResponderEliminar...y llena de contrastes...
EliminarMe da que tus gatas también son amantes de las estrellas, y desde luego unas artistazas, no es nada fácil simular Orión.
ResponderEliminarSigue sonriendo.
Para ser sincera a Orión le faltaba un brazo levantado, pobriño, quedó manco...pero el resto...igualito!
Eliminar:-))
¿Girl scout? ¿Ias con pañuelico al cuello y pantaloncicos cortos? ¡Qué maja!. :)
ResponderEliminarLos mejores momentos de mi infancia y mi adolescencia sin ninguna duda!!
EliminarHe ahí la prueba fidedigna de que el universo es en tí. ;)
ResponderEliminarDe ahí a decir que en mí habitan las estrellas no queda nada...joé...que nunca me ha gustado ir de intensa jajajajajaja
EliminarPrecioso. Sigue así... con los ojos bien abiertos mientras duermes. :-)
ResponderEliminarGracias guapa!! Te veo mañana?
EliminarUn besazo!