El domingo fui al cine a ver "El hombre de Acero" No era la película que en principio habíamos elegido pero determinadas circustancias propiciaron que finalmente viéramos esta.
El cine estaba abarrotado, y eso que era en Versión Original. La sala estaba poblada mayoritariamente por gente de mi edad. Imagino que casi todos habíamos visto de pequeños Supermán en el cine y queríamos comparar...
Y comparé. No hay color.... donde esté el Supermán de Christopher Reeve que se quiten todos los espectáculos pirotécnicos que ha habido con posterioridad... La consecución de imágenes plagadas de efectos especiales es tal que no tienes tiempo de asimilar la información. Eso por no hablar de que no han respetado la historia original y que aquí el super héroe se convierte en un hombre apocado, hundido en crisis de identidad y lleno de sombras...
Te das cuenta de que aunque las pelis ahora son perfectas desde un punto de vista técnico, la historia te deja fría. Han pasado los años y ya no te crees lo que ves. Con lo que me emocionaba yo de pequeña viendo esas escenas cutres del hombre volando.... porque Supermán volaba.... este nuevo va dando "salitos!"
Y curiosamente, mientras estaba en el cine, me llegó un mensaje del novio de mi primo. Estaban en Madrid y proponían cenar. Así que al fin, después de dos años se produjo el ansiado encuentro. Había quedado anteriormente con su novio pero a él resulta muy difícil pillarle por banda.
La cena se llenó de risas y chascarrillos sobre los homosexuales y lesbianas. Destilábamos pluma... Pero lo mejor es que hubo también muchos momentos para ponernos serios y hablar de Jesús, de su bondad y de sus sombras. Esa parte que más desconocía yo y que me vino a confirmar que las personas más grandes tienen tantas virtudes como defectos y suelen ser del mismo tamaño.
Me llamó la atención la madurez y la calma con la que mi primo es capaz de hablar de su padre... y sobre todo me llamó la atención descubrir que además de ser los dos miembros LGTBI de la familia, ambos sentimos una fobia terrible a que nos miren o nos toquen los pies. Curioso...
Yo también tengo fobia a que me toquen los pies!!!
ResponderEliminarCurioso, no... en nuestro caso además cuando sentimos que nos los miran, los tratamos de esconder...
EliminarYo prefiero que me toquen las manos...
ResponderEliminar-Es un pájaro???
-Nooo
- Es un avión???
-Noooo
-Es Superman!!!!!!
La mejor la primera, sin duda.
Y dices que daba saltitos como un gorroncito? Qué tierno... Jajajaja
Menudo domingo completo.
Abrazo
De tierno nada ETC... una mierda de película, ya te digo. Vi el otro día una crítica en un periódico que decía lo mismo... verla es sentir añoranza de la primera.
EliminarFeliz verano!!
El fin de semana hicieron en la tele Superman II, con los “auténticos” Clark y Lois, y Gene Hackman haciendo de malo ;-)
ResponderEliminarLa disfruté como hace añosss
Y un masaje de pies???? Yo no podría, me moriría de cosquillas jeje
Feliz jueves!!!
Me encanta dar masajes en los pies a mis parejas, pero sólo una ha conseguido tocármelos y en momentos muuuuuuuuuy puntuales (de los de 2 rombos jajaja)
EliminarBesos guapa!
pues los tienes bastante bien (los pies) por lo que pude intuir a través de los calcetines.
ResponderEliminarUn beso.
Nafta!! qué bueno verte por aquí comentando!! Mis pies no tienen ningún defecto más allá de un dedo roto (mirando pa cuenca) pero es superior a mís fuerzas...
EliminarUn besote!!
Pues un masaje en los pies es Mmmmmmm :)
ResponderEliminarComo le he dicho a Rosa M. yo los doy encantada a mis parejas y personas de mucha confianza pero a mí ná de ná!
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