Llamé a la puerta con cierto miedo. Temía que no se abriera, o que al abrirse me recibiera con frialdad. Fueron unos segundos en los que se me pasaron tantas cosas por la cabeza...
Cuando al fin sonó el leve crujido de la madera al moverse, alcé mis ojos y me encontré con la mirada de una niña que al levantarse el día de reyes descubre los regalos. En su mirada había sorpresa, alegría, ilusión y deseo.
Cenar juntas, hablar, reir... mirarnos cómplices... Mereció la pena dejar de lado el agotamiento y lanzarme a ser quien soy.
:)
ResponderEliminar;))
EliminarBonito
ResponderEliminarUn abrazo
Si, fue una tarde muy bonita.
EliminarPD Tengo una cosa para ti desde hace semanas. Y cada vez que nos vemos se me olvida llevarla. Soy un desastreeeee
Bien!
ResponderEliminarYUPI!
EliminarBien!
ResponderEliminarRequeteyupi!!
EliminarYa se ve la luz???
ResponderEliminarDe momento hemos colocado un par de tablones de cada lado para reconstruir el puente.
EliminarUn abrazo, Cerecilla!
Muy bonito!!!
ResponderEliminarun besazo
Gracias amiga!!
EliminarHay que hacer caso a los impulsos!!!
ResponderEliminarMejor que no a todos... si no... ya habría hecho más d euna locura en mi vida! jajajaja!
EliminarBicos!
:-D
ResponderEliminarBieeen.
ResponderEliminarLa vida te da sorpresas... sorpresas te da la vida.
Besos, desde la balconada
Casi siempre es necesario mojarse para construir un puente. Me alegra saber que elegiste la "construcción" por encima de "los peros"
ResponderEliminarLa mente a veces es muuuu mala.
Besines, desde la balconada.